Pese a que las marquesinas y bancos son claramente insuficientes, Vila no habilitará más. | Toni Escobar

El Ayuntamiento de Eivissa no mantendrá la parada de bus de la antigua delegación del gobierno ya que, según explicaron desde el Consistorio, cuando abra la estación de autobuses del Cetis (se prevé que sea en junio) esta parada se eliminará y se trasladará a la estación. Cabe recordar que en esta parada están los buses que enlazan Vila con Sant Antoni, Santa Eulària y el aeropuerto. Desde el Consistorio insistieron en que la parada de la antigua delegación del gobierno no se mantendrá y, por este motivo, no se está pensando en adecuarla al volumen de personas que cada día esperan en ella.

A pesar de que ya en estas fechas las marquesinas instaladas son totalmente insuficientes para acoger a los usuarios de estas lineas, apareciendo saturadas casi todo el día por residentes y turistas, el Ayuntamiento prefiere esperar a que la infraestructura del Cetis esté en funcionamiento, para que el problema de la saturación de esta parada se solucione.

Desde el Consistorio recordaron, además, que después de la demolición del edificio de la antigua delegación de Gobierno, las paradas se volvieron a situar en el mismo lugar que estaban «con la ampliación de la acera para dar cabida a los pasajeros usuarios de esas lineas, a la espera de que se desbloquearan las negociaciones para la apertura del Cetis», además de la habilitación de 60 plazas de aparcamiento.

De momento, los usuarios, entre los que se encuentran personas de edad y turistas, tienen que esperar de pie para poder partir hacia sus destinos. Un grupo de jubilados, en viaje con el Imserso, se armaban de paciencia esperando en una parada que, con el paso de los minutos, cada vez se llenaba más. Ellos no querían sentarse porque «si no vamos a perder el sitio», en referencia al orden de llegada a la parada. Por su parte, una pareja de turistas londinenses se mostraba tranquila porque en su ciudad están acostumbrados a aguantar colas. Sin embargo, los residentes en Eivissa que estaban esperando explicaron que les parecía increíble que todavía se tuviera que esperar «en estas condiciones, en mitad de la calle, un autobús teniendo una estación que está hecha hace un montón de años y que acabará por echarse a perder». Al parecer, según cómo se han desarrollado los hechos estas últimas semanas, ya queda menos.