El Ayuntamiento de Eivissa ampliará la campaña de limpieza de las pintadas sobre la muralla renacentista a otras zonas del casco histórico que registran grafitis «de gran impacto visual», como el que ensucia las paredes del passadís de Simó Poulet.

La pintada sobre este callejón que está junto a la muralla no es nuevo, según informaron ayer desde el Consistorio, sino que se trata de «una superposición de grafitis que se han estado acumulando durante años».

Esta primera campaña de limpieza comenzó el pasado jueves en el baluarte de Sant Joan, concretamente en la casamata situada enfrente del Museu d’Art Contemporani (MACE), que ha sido principal objeto de los actos vandálicos durante los últimos años. Los trabajos, suspendidos por la lluvia del pasado viernes, continuaron ayer en la zona del merendero del baluarte de Santa Llúcia, donde han aparecido nuevas pintadas que, según el Ayuntamiento, se limpiarán en las próximas semanas antes de la celebración de la Feria Medieval.

Precisamente, la Fundació Turística i Cultural de les Illes Balears (Fundatur), presidida por la ibicenca Carmen Matutes, aprobó ayer subvencionar con 800.000 euros la restauración de las murallas de Dalt Vila en colaboración con el Ayuntamiento de Vila.

Este proyecto se une a otros cuatro repartidos entre Mallorca,Menorca y Eivissa, entre los que destacan el futuro Pabellón Caja de Música de Palma que contará con dos millones de euros.

Una técnica poco agresiva

La técnica utilizada para llevar a cabo estos trabajos en la zona declarada Patrimoni de la Humanitat consiste en aplicar sobre las pintadas una mezcla de vapor y polvo de silicio, una técnica efectiva y poco agresiva con las murallas.

Una vez terminada esta primera fase de pintadas, los técnicos del Ayuntamiento de Eivissa valorarán los resultados de esta operación de limpieza y, en caso de que sea positivo, programarán nuevas campañas de limpieza en otros lugares de la zona declarada Patrimoni de la Humanitat.

El Consistorio ha hecho un llamamiento a la ciudadanía para que llamen a la Policía Local en caso de que presencien comportamientos de este tipo con el objetivo de poder denunciar a estas personas que atenten contra el patrimonio.

Hacer grafitis en la zona histórica de Dalt Vila constituye una falta tipificada como muy grave en las ordenanzas municipales, que contemplan multas que oscilan entre los 1.500 y los 3.000 euros.

Según esta ordenanza, las infracciones más graves son las que atentan sobre inmuebles protegidos o en monumentos o edificios catalogados o protegidos, así como en la zona declarada Patrimoni de la Humanidad.

Por otra parte, la Concejalía de Patrimoni está trabajando también en la sustitución de los forjados que hay actualmente en la pasarelas de las casamatas por un sistema de mayor altura para evitar el acceso al interior e impedir las pintadas de los vándalos.