La residencia de Sa Serra no cumple con la media de ratio del personal que se necesita para los 90 usuarios actuales (68 públicos y 11 privados), pero sí que se ajusta a las condiciones del contrato de la empresa que la gestiona, Novaedat, con la Conselleria de Serveis Socials del Govern. Sa Serra cuenta con 90 plazas de residencia, de las que 70 son públicas y las 20 restantes, privadas. Además, cuenta con 20 plazas privadas de centro de día. Las 70 públicas, de un total de 110 ofertado por la residencia, forman parte del contrato con el Govern.

A raíz de la entrada de la Guardia Civil a Sa Serra, Serveis Socials pidió un informe a la Fundación de la Atención a la Dependencia en la que se diferencian las 70 plazas del contrato con la media de ocupación de la residencia. «En las 70 plazas del contrato público se reafirma que se cumple el contrato y por eso estamos tranquilos», dijo la consellera de Serveis Socials, Fina Santiago.

Sin embargo, no sucede lo mismo con la media de ocupación total, las 90 plazas públicas y privadas, en las que «el resultado es que faltaría personal, dos jornadas y media de gerontólogo, otra limpiadora y un auxiliar de cocina», dijo. Santiago aclaró que con este contrato «se está dando atención a las plazas privadas y ahora eso queda un poco corregido, porque se ha contratado a un gerontólogo; en la atención más directa faltaría personal».

El Govern facilitará esta información al Consell, «porque tiene la capacidad inspectora y tendrá que supervisar, inspeccionar y corroborar lo que le decimos y hablar con la empresa para que la residencia cumpla las ratios adecuadas», dijo la consellera. La empresa le comunicó, además, que no todas estas 11 personas que están por vía privada son dependientes: «Nos dicen que hay gente válida y que no tiene un alto grado de dependencia». No obstante, dijo que el argumento de la empresa «se ha de confirmar y cotejar con el Consell a través de la inspección, para ver qué nivel de dependencia tienen estas once personas privadas». Aseguró que, con unas ratios ajustadas, «si un día se pone enfermo un gerontólogo, se desbarata todo; sobre todo si tienes 70 personas de grado dos y tres de dependencia. No es lo mismo una persona con Alzheimer en cama que una persona paseando».

En la reunión mantenida anteayer entre la consellera con Novaedat, Santiago relató que la empresa le dijo que las previsiones de ocupación de la residencia eran más elevadas, con lo que esperaban unos ingresos más altos, pero «nunca han ocupado las 20 plazas privadas que le supondría más ingresos». En su opinión, «no es una excusa para nosotros, es un riesgo que una empresa que se presente a un contrato de estas características». Aseguró que se «seguirán supervisando las mejoras en la residencia». Tras las quejas de familiares, Novaedat presentó anteayer al Govern un plan de mejora que consiste en la contratación inmediata de un gerontólogo, ampliar nueve horas semanales más la atención psicológica, ofertar 40 horas de supervisión externa a los trabajadores, la revisión de los menús adaptados a los residentes, sustitución de personal de cocina, «porque han estudiado que las quejas de las comidas coinciden con un turno concreto» y, además, adelantarán la reapertura de la lavandería gestionada por la empresa.