Esta es la entrada de la tienda que permanece cerrada por el peligro de las obras, justo debajo de un balcón.

El comerciante de una tienda de la Marina, situada en la calle Josep Verdera número 12, Pablo Buzzoni, ha presentado sus quejas por las obras que se están realizando en la fachada del edificio al que pertenece su local y que, por su magnitud, le impiden abrir su negocio hasta ahora.

El afectado se ha referido a la falta de previsión para llevar a cabo las obras «que en éste caso nos perjudica como comerciantes», y que no haya nadie que se quiera hacer cargo de la situación.

«La imposibilidad de desarrollar nuestra actividad con normalidad, producto de la impericia de la empresa constructora y la falta de solidaridad y empatía por parte de la comunidad que la ha contratado», explicó Buzzoni.

Además, el comerciante argumenta que incluso se ha caído un balcón, «con el consiguiente peligro para las personas que trabajan en los locales de al lado». Buzzoni acusa al Ayuntamiento de no parar unas obras que, aunque tienen licencia, se están haciendo en unos meses en los que ya su «negocio debería estar abierto». El denunciante explica cómo al dirigirse al consistorio, los técnicos del mismo le explicaron que la licencia de obras estaba dada y que no tenían competencias para intervenir, remitiéndolo al propietario del inmueble para resolver su problema.

Por su parte, el Ayuntamiento de Eivissa explica que al tratarse de una propiedad privada tuvieron que remitir al denunciante a ponerse en contacto con el dueño del edificio para solucionar este tema. Además, el consistorio asegura que en ningún momento se ha producido la precipitación de un balcón a la acera, tal y como asegura Buzzoni, sino que «una vez iniciadas las obras, la constructora detectó que los balcones estaban en muy mal estado y, por cuestiones de seguridad y debido a que no se le pueden hacer ningun tipo de arreglo, decidieron desmontarlos para su posterior reconstrución», concluyeron.