Los técnicos han desmontado las ventanas para proceder a su tapiado. | Toni Escobar

El alcalde de Vila, Rafa Ruiz, ha calificado hoy como positivo el desalojo de sa Penya, pero ha pedido «rebajar expectativas» sobre sus efectos y ha asegurado que aunque «es un paso importante, no es el paso definitivo» para recuperar el barrio.

El primer edil ha señalado que «queda mucho trabajo por hacer» para que sa Penya «vuelva a ser una barrio más de la ciudad», y ha indicado que para ello se necesita la colaboración de otras administraciones.

Ruiz se ha referido así al Cuerpo Nacional de Policía que debe «hacer un seguimiento para que no se vuelvan a ocupar las casas».

El alcalde también ha señalado que la recuperación del barrio, no es sólo asunto del Ayuntamiento de Ibiza sino que «todas las administraciones, como el Consell, el Govern balear, e incluso el Estado, deben ayudar» a recuperarlo.

El alcalde ha destacado, el «altísimo valor arquitectónico» que tiene sa Penya.

El Consistorio ha informado en una nota de que aunque la normalidad «ha sido la tónica» dominante durante la primera noche tras el desalojo, la Policía Nacional y la Local continúan en el barrio para garantizar las labores de limpieza y otros trabajos que se están llevando a cabo.

Los servicios de limpieza siguen retirando residuos, algo que se espera que pueda darse por terminado hoy mismo.

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No ocurrirá lo mismo con las obras de demolición, ya que los técnicos municipales y la empresa contratada siguen con el derribo interior de las viviendas y el tapiado de las mismas, un trabajo que se prolongará todavía varios días más.

Esta mañana se han ejecutado demoliciones parciales de las 23 viviendas recuperadas que marcaba la sentencia para el primer desalojo.

También se ha derribado el interior de otras cuatro viviendas previstas para un segundo desalojo, ya que fueron ocupadas recientemente.

Se ha comenzado el tapiado de todas las viviendas de la manzana, en puertas, ventanas, claraboyas y cualquier apertura que tengan los edificios hacia el exterior.

De las 20 unidades familiares del primer desalojo, 14 han aceptado las ayudas municipales, seis están en vías de solución «y con buen pronóstico» y una vivienda ya estaba vacía.

En cuanto a la segunda fase del desalojo, que está a la espera de la sentencia, cuatro familias han aceptado las ayudas, dos se quedan en el inmueble a la espera de resolución judicial y una está en proceso de negociación.

Esta última ocupación se produjo a pesar de que las viviendas estaban tapiadas.