Instalaciones de la depuradora de Eivissa junto a la carretera de Santa Eulària.

La depuradora de la ciudad de Eivissa superó su límite de caudal diario de tratamiento de aguas residuales en los meses de julio, agosto, septiembre y octubre de 2015. Así figura en la memoria informativa del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que el pleno del Ayuntamiento de Eivissa aprobó de manera inicial el 14 de abril y ahora se encuentra en exposición pública durante un periodo de 45 días.

Según este documento, en estos cuatro meses la estación de depuración de aguas residuales de la ciudad, con una capacidad máxima de tratamiento equivalente a una población de 100.00 habitantes, trató más de 20.000 metros cúbicos diarios, que es el límite de su capacidad. «Como la depuradora está saturada, el agua sólo recibe un tratamiento físico–químico, y todo el caudal se vierte directamente por el emisario marino», señala la memoria, que también explica que los malos olores que provoca esta instalación «deben eliminarse mediante sistemas de osonización».

El nuevo PGOU destaca que la construcción de la nueva depuradora en Sa Coma, con mayor capacidad, «dará mejor calidad y menos problemas». Esta infraestructura hidráulica estará preparada para una población de 140.000 habitantes en temporada alta y un caudal máximo de 25.200 metros cúbicos al día. Este informe señala que el saneamiento «es el mayor problema de infraestructuras que sufre el municipio». En este sentido, el PGOU señala como principales contratiempos la dificultad para separar las redes de pluviales y fecales, que hasta la década de los noventa del pasado siglo se desarrollaron de manera unitaria, además de la topografía del municipio, con escasas pendientes y que «condiciona el desagüe de la red en la zona baja de la ciudad», lo que provoca «continuas inundaciones en la población» durante «fuertes aguaceros producidos en periodos muy concentrados de tiempo».

La gran cantidad de pozos negros conectados a la red y la escasez de recursos para abordar a corto plazo la construcción de redes separativas de fecales y pluviales también se ponen de manifiesto en la memoria informativa.

En cuanto a la red de distribución de agua potable, el nuevo PGOU destaca «su gran antigüedad, superando en muchos casos los 40 años desde su implantación», con unas pérdidas estimadas del 20% del agua que circula por las tuberías. También señalan los problemas de presión en las zonas altas del centro histórico de la ciudad y la «deficiente infraestructura» del sistema de hidrantes contra incendios y bocas de riego para limpieza.

LA NOTA

La desaladora aporta el 95% del agua que se consume en Vila

La ciudad de Eivissa se abastece de agua potable a través de la desaladora, que funciona desde 1994 y aporta el 95% del agua que se consume, y de la extracción de agua subterránea a través de cinco pozos: Cas Corp I, Cas Corp II, es Fornàs, Can Fita (anulado por niveles de salubridad inadecuados) y Can Costa. De estos pozos se extraen 544 m3 cada dos días, lo que supone un total de 98.550 m3 anuales, mientras que en 2014 la desaladora aportó 5,2 millones de m3. El PGOU señala que los pozos presentan «graves problemas» debido a la salinización del acuífero.