En su cruzada contra las irregularidades de ocupación de la vía pública, el Ayuntamiento de Eivissa anuncia mano dura para esta temporada y, como primera medida, plantea una reducción inicial de las terrazas de la plaza de la Tertúlia del puerto en un 10 por ciento respecto al año pasado.

Las numerosas quejas registradas la pasada temporada ante las aglomeraciones causadas por terrazas de locales de esta plaza que excedían sus límites han motivado esta decisión propuesta por los técnicos del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (PEPRI) en un informe aprobado el pasado mes de abril.

Desde el consistorio señalaron que la reducción del 10 por ciento es solo «un primer paso» para que, en el futuro, se cumpla lo que señala la normativa aplicada a la zona PEPRI, a la que pertenece esta plaza, y que indica que las ocupaciones de vía pública no pueden superar el 30 por ciento del total de las plazas y del 50 por ciento de las calles.

Los afectados

Uno de los mayores perjudicados por esta reducción en la plaza de la Tertúlia es la terraza más amplia, la del restaurante La Solera, cuyo propietario, Antonio Sánchez, asegura que, en su caso, la reducción que se producirá es del 40 por ciento de las mesas. «Esto nos va a partir por la mitad», lamentó Antonio, quien añadió que esta decisión hará que las 20 mesas actuales se reduzcan a solo 12 y el espacio que ocupa la terraza disminuya a la mitad al pasar de los actuales 60 metros cuadrados a poco más de 30.

Asimismo, el propietario de La Solera remarcó que la disminución del número de mesas le obligará también a despedir a algunos de los empleados de la empresa, algunos de los cuales trabajan aquí hace varios años.

El dueño de este restaurante considera que, en este caso, «están pagando justos por pecadores» en referencia a aquellas terrazas que sobrepasan los límites que fija el ayuntamiento y que impiden el paso a los viandantes de la zona especialmente en temporada alta.

«Lo que tendrían que hacer es obligar a que cumplan la ley. Los que la cumplimos a rajatabla somos los más perjudicados», afirmó. En este sentido, apuntó que, si todos los establecimientos ciñeran sus terrazas a lo legalmente establecido, hay un espacio de más de dos metros para que pueda pasar la gente.

«Esto es una falta de consideración a la pequeña empresa que llevamos manteniendo el nivel del puerto desde hace muchos años», recalcó el dueño de este restaurante histórico que abrió sus puertas hace 60 años y que, como señaló Antonio, junto a los otros comercios vecinos, embaldosaron la plaza con su dinero hace tres décadas.

Desde el Ayuntamiento de Vila se refirieron a este caso y afirmaron que se ha autorizado a ocupar cinco metros delante de la puerta del establecimiento, un metro más de lo que dice el PEPRI, y la instalación de mesas en un lateral del restaurante en la calle del Mar para reducir los posibles perjuicios.

Más restricciones futuras

Fuentes municipales recalcaron que, con esta primera medida, «ni tan solo se aplica el PEPRI de forma estricta, conscientes de que la gente y los negocios se tienen que acostumbrar y que replantear algunas cuestiones de cara a temporadas futuras».

El control de la ocupación, tal y como insistieron desde el ayuntamiento, es «una de las prioridades de este gobierno dado el gran incumplimiento de las ordenanzas que se produce en diferentes lugares del municipio».

De hecho, el verano pasado ya se puso en marcha una campaña de control en el paseo de Vara de Rey y el paseo Joan Carles I para sancionar a las terrazas que invadían más espacio del autorizado.