Los socialistas denuncian los hierbajos en los bordillos y aceras de la avenida Punta Arabí así como los restos de troncos de palmera sin recoger, como el de la imagen. Foto: FSE-PSOE

El PSOE de Santa Eulària ha denunciado la "dejadez" y la "burla" del alcalde Vicent Marí a los ciudadanos por el estado de la avenida de Es Canar.

Los socialistas han advertido en una nota de prensa de la mala imagen y del abandono de una de las zonas turísticas "más emblemáticas" de la isla.

Según han relatado, restos de troncos de palmeras sin recoger, papeleras en mal estado, hierbajos en los bordillos y aceras, pasos de cebra con la pintura desgastada o un parque infantil abandonado, son sólo algunos de los aspectos que configuran el actual "paisaje" de la avenida de Punta Arabí, en Es Canar.

El grupo socialista en el Ayuntamiento de Santa Eulària ha considerado "lamentable" que el equipo de gobierno no haya acometido ninguna actuación en esta zona para mejorar su estado.

Además, han asegurado que supone un peligro para los visitantes, especialmente por la noche, ya que no hay ningún tipo de iluminación y "la única protección con la que cuenta son unos palos y unas cuerdas en mal estado".

La concejal municipal del PSOE, Fina Suldat, ha recordado que en el último pleno el equipo de gobierno rechazó una propuesta de acuerdo socialista en la que se pedían una serie de actuaciones urgentes para mejorar la imagen de esta avenida y para garantizar la seguridad de las personas que transitan por esta zona, especialmente concurrida los miércoles con motivo de la celebración del mercadillo hippy.

Según han recordado, la moción básicamente solicitaba el repintado de los pasos de cebra para mejorar la seguridad de los peatones, la correcta limpieza de bordillos y aceras, la instalación de papeleras, bancos o árboles que dieran un poco de sombra, así como la adecuación de un pequeño mirador debidamente acotado junto al acantilado.

La negativa del equipo de gobierno municipal para realizar estas mejoras demuestra, según Fina Suldat, la "dejadez" por parte del alcalde Vicent Marí y supone una "burla" hacia los residentes y visitantes de una de las zonas turísticas "más emblemáticas" de Ibiza.