El centro de Vila estará cortado al tráfico en 2017 con acceso restringido a la Marina y Dalt Vila | David Setbetes / Paco S. Pérez / Renato Steinmeyer

«Los coches nos han ganado la partida y tenemos que darle la vuelta al resultado para poder caminar por la ciudad». Con esta frase resumía el alcalde de Eivissa, Rafa Ruiz, el espíritu de la peatonalización del paseo de Vara de Rey y la Plaza del Parc que cerrará el centro de la ciudad al tráfico a partir de la temporada de verano 2017.

La restricción a los vehículos aumentará a partir de ese momento y, para ello, el Ayuntamiento habilitará un único punto de entrada al principio del puerto, a la altura de la terraza del bar Mar y Sol que controlará el acceso a Dalt Vila y la Marina y limitará el tráfico a los vecinos de la zona, a emergencias y a carga y descarga en horario comercial.

Pero los cambios en la circulación cambiarán mucho antes y empezarán el próximo mes de octubre cuando empiecen las obras. La zona estará cerrada ya al tráfico desde ese momento y se irán incorporando cambios en el sentido circulatorio a medida que las obras vayan avanzando.

Este proyecto, basado en otro similar de la anterior alcaldesa socialista Lurdes Costa, contempla la reforma integral de Vara de Rey y la peatonalización del corazón de la ciudad desde el inicio del puerto hasta las calles Jaume I y Comte de Rosselló. Esto permitirá, en palabras del concejal de Patrimoni, Pep Tur, «unir el patrimonio con la ciudad y conectar las murallas con el centro».

En Vara de Rey aumentará todo el arbolado con diferentes especies, se conservarán los emblemáticos bancos y parte del alumbrado y se reutilizarán los bordillos de piedra. El paseo se fragmentará en tres plazas e incorporará un carril bici, un vial de servicios y un espacio de ocupación de vía pública para terrazas a ambos lados. Sin embargo, el centro del paseo seguirá libre de obstáculos.

La Plaza del Parc cambiará su mobiliario urbano pero mantendrá su estructura actual. Únicamente igualará su pavimento al de toda la zona, fabricado con un cemento lavado poco abrasivo de color ocre que cambiará de tonalidad según la zona para diferenciar el carril bici de los viales para coches o las zonas estrictamente peatonales.

La novedad de este proyecto respecto al de la anterior legislatura progresista es la ampliación de la peatonalización a las calles Jaume I y Comte de Rosselló. Esto permitirá ganar una plaza a la ciudad a pie de muralla, detrás de la Plaza del Parc en el lugar donde ahora hay una zona azul de aparcamiento y diferentes contenedores. La denominada Plaza de Sota Vila «dignificará esta zona de la muralla», según señaló el arquitecto que ha redactado el proyecto.

Jesús Arcos explicó que el objetivo de esta reforma es «unir diferentes espacios con mucho potencial pero muy desconectados entre ellos». Por este motivo, la zona peatonalizada será «una secuencia de plazas» desde el cruce con el puerto, siguiendo por Vara de Rey hasta llegar a la muralla. «De esta manera democratizaremos todas las plazas, que tendrán el mismo pavimento», añadió.

La parte negativa del proyecto son las 200 plazas de aparcamiento que se eliminarán, aunque el alcalde Rafa Ruiz señaló que responde a «un cambio de modelo para lograr una zona de esparcimiento, más para las personas y menos para los coches».

Una parte de estas plazas se recuperará tras el cambio de sentido de circulación de las principales avenidas que se implantará progresivamente a partir de octubre. Además, el Ayuntamiento confía en la mejora del transporte público y en la consecución del aparcamiento que Autoritat Portuària construirá en la Avenida Santa Eulària y en un futuro proyecto de parquin subterráneo junto al Parque Reina Sofía.

Las calles que rodean la zona serán semipeatonales con circulación a determinadas horas para carga y descarga.

LA NOTA

La oposición cree que el proyecto supondrá la “muerte” del centro

La portavoz del Partido Popular (PP) en el Ayuntamiento de Eivissa, virginia Marí, se mostró en contra de este proyecto porque consideran que supondrá la “muerte” del centro histórico de la ciudad. “Cerrando el tráfico toda la parte antigua solo van a conseguir que poco a poco se muera. Así no se dinamiza una zona”, apostilló.

Marí también criticó la falta de aparcamiento que conllevará esta reforma, a la que se añadirá, según dijo, la eliminación de otras plazas que contempla el recientemente presentado Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). La portavoz popular mostró sus “dudas y recelos” respecto al futuro aparcamiento de la avenida de Santa Eulària y, sobre todo, “a los precios que vamos a tener que pagar”.

Por su parte, el portavoz del Movimiento Ciudadano EPIC, Antonio Villalonga, afirmó que el equipo de gobierno está “jugando con fuego”, ya que la peatonalización puede suponer la pérdida de la declaración de Patrimoni de la Humanitat de la UNESCO al emplear dinero del Consorci.

Añadió además que la falta de aparcamiento “hundirá económicamente la zona y generará muchas molestias a los vecinos.

EL DETALLE

8 meses

Duración. Las obras de peatonalización comenzarán el próximo octubre y tendrán una duración de 8 meses, por lo que se prevé que terminen a finales de mayo de 2017.

3,85 millones

Presupuesto. El proyecto tiene un presupuesto de 3,85 millones de euros de fondos del Consorci Patrimoni de la Humanitat. El consistorio trabaja ya en el pliego para licitar la obra.

200 plazas

Menos aparcamiento. Con la peatonalización se perderán 200 aparcamientos que se compensarán tras el cambio de sentido del tráfico y la construcción de dos párquines.

16.650 m3

Pavimento. Esta será la superficie peatonalizada con un pavimento poco agresivo de color ocre que cambiará de tonalidad para marcar las diferentes utilidades del espacio.