Operarios de una empresa contratada por el Ayuntamiento de Vila empezaron ayer a levantar el muro de dos metros y medio y 150 de perímetro que rodeará el bloque de viviendas más degradado del barrio de sa Penya desalojado a finales del pasado mes de abril para evitar que vuelvan a repetirse los intentos de ocupación registrados en las últimas semanas.

Las obras para construir el muro tienen un presupuesto de 27.000 euros y se alargarán durante unas dos semanas hasta acabar de rodear el edificio situado entre las calles Alt y Retir.

La nueva estructura se levanta pegada a la fachada de las viviendas desalojadas y está compuesta por bloques de hormigón, más contundentes que los tapiados que sellaban las casas y que habían sido destrozados en varias ocasiones. De hecho, según dijo el concejal de Patrimonio, Pep Tur, para derribar este muro se necesitaría maquinaria pesada.

Un muro provisional

Esta construcción, cuyos preparativos se iniciaron el lunes, será únicamente de carácter provisional hasta que se pueda empezar la rehabilitación integral del edificio. El primer paso para ejecutar esta reforma se llevó a cabo el pasado lunes con la aprobación del documento con las líneas básicas de la rehabilitación por parte de la Comisión de Control del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (PEPRI) de sa Penya, la Marina y Eixample.

Este documento deberá ser aprobado posteriormente por la Comisión Insular de Ordenación de Territorio y Patrimonio Historicoartístico (CIOTUPHA) del Consell d’Eivissa para poder dar luz verde al anteproyecto que el gobierno municipal ya está elaborando para la futura rehabilitación del barrio y la construcción de viviendas sociales destinadas al alquiler en la manzana desalojada.

El Ayuntamiento de Vila mantendrá la vigilancia policial en el barrio y seguirá patrullando las calles de sa Penya en diferentes franjas horarias.