Desigual reacción de los usuarios de Cala Salada ayer a la medida adoptada por el Ayuntamiento de Sant Antoni de limitar el paso de vehículos a la zona. Mientras unos se mostraban contentos porque el acceso a la playa estaba libre de coches, otros no salían de su asombro cuando el parquin, habilitado para 66 vehículos, se completó y los operarios del Consistorio les obligaron a dar la vuelta informándoles de que tendrían que coger un autobús en Sant Antoni o en Can Coix, donde podían aparcar sus vehículos, para acceder a esta playa paradisiaca.

A Esperanza y Luciana, trabajadoras de temporada en la isla, les parecía «genial» que se corte el paso a los vehículos y, aunque ellas fueron las últimas en aparcar su coche, se mostraron dispuestas a coger el autobús cuando no haya espacio en el aparcamiento. «Nos parece muy bien para los casos de emergencias y para la conservación de la playa», apuntaron.

Razvan Ilie no estaba tan contento. «Veníamos con un amigo y nos ha tenido que dejar a 10 minutos de aquí porque no nos dejaban pasar, no es una buena decisión».

Por su parte, a la italiana Roberta, de visita a la isla, le parecía muy bien la idea «porque el que esté realmente interesado en visitar la playa, lo hará».

Hablamos también con un residente en la zona, el músico italiano Domenico Caputo, y nos contó que el Ayuntamiento ha dado dos pases a cada vecino para que puedan acceder. Lo mismo ocurre con los dueños de los varaderos, que disponen de pase, y con los trabajadores y clientes del Restaurante Cala Salada.

María, de este restaurante, explicó que tienen sitios reservados en el parking, pero prefiere esperar a que pasen unos días para ver si esta medida va afectar negativamente a su negocio.

El concejal de Medi Ambient, Pablo Valdés, aseguró que «aunque en principio la gente se va a quejar, pronto se va a acostumbrar a esta medida». «En el caso del restaurante igual los que vengan a la playa se quedarán más tiempo y consumirán más, pero vamos a esperar a ver que pasa». El minibús vale 2,50 euros por trayecto y es gratis para niños, ancianos y usuarios de tarjeta transporte público.

LA NOTA

«Si los vehículos aparcan en la zona previa enviaremos a la grúa»

En la estación de autobuses de Sant Antoni se ha habilitado un minibús, el 34, para los que quieran dirigirse a Cala Salada. Esta será la única manera, a excepción de los 66 vehículos que podrán aparcar en la zona, de llegar a esta maravillosa playa, además de un barco que sale del puerto.

Los minibuses, con una frecuencia de 15 minutos, saldrán de la estación portmanyí con parada en Can Coix, donde hay un parking disuasorio, desde las 9:30 de la mañana a las 20:30 y al revés, «pudiéndose ampliar el servicio si queda gente en la playa cuando salga el último», aseguró el regidor Pablo Valdés.

Ayer, primer día de puesta en marcha de esta medida, los autobuses permanecían vacíos prácticamente hasta las 13:00 horas y en el trayecto del camino anterior a la barrera numerosos vehículos se encontraban aparcados a partir de las 12:30, hora en la que se lleno el parquin.

El concejal de Medi Ambient aseguró se van a repartir dípticos en establecimientos y hoteles, distribuir carteles e instalar marquesinas y barreras fijas y «mandaremos la policía y la grúa para insistir», aseguró.