La sede de la Escuela de Turismo está en la calle Bes de Eivissa.

Son días de nervios y frenesí en la Escuela de Turismo de Eivissa, que esta semana celebrará por todo lo alto sus bodas de oro. El centro, la institución académica más representativa y prestigiosa de la isla y que el pasado mes de febrero recibió el premio Ramon Llull, cumple su quincuagésimo aniversario.

Dicha efeméride se conmemorará mañana en una cena que tendrá lugar en el restaurante Can Bernat (Santa Gertrudis) y que reunirá a una amplia representación del profesorado, alumnado y personal empleado que ha pasado por la escuela a lo largo de su medio siglo de vida.

También está previsto que asistan sus fundadores, los hermanos Ernesto y Enrique Ramón Fajarnés, que hace 50 años fueron unos visionarios al dotar a la isla de una modesta academia que permitiera formar a los trabajadores que demandaba el emergente sector turístico de las Pitiüsas. Cabe reseñar que los primeros expedientes del centro datan del curso 1965-1966, un momento en el que el entonces muy modesto Aeropuerto de Eivissa se abría definitivamente al tráfico internacional.

Esos primeros pasos se dieron gracias también al auspicio de la Escuela de Turismo Sol, establecida en Palma y dirigida por Felipe Moreno, quien comprendió la necesidad de hacer realidad sendas extensiones en el resto de las Baleares.

Así, la cena de mañana servirá para festejar los primeros 50 años de este emblemático centro, adscrito a la UIB con la única oferta universitaria presencial en Eivissa y que actualmente cuenta con más de 200 alumnos.

En la velada está confirmada la asistencia de unas 200 personas, incluyendo las principales autoridades políticas y académicas del ámbito insular y balear. No obstante, la lista de invitados crece día a día.

«Hay antiguos alumnos que no hemos localizado aún pero que se van enterando de la cena y no se la quieren perder, así que no cerraremos la lista hasta última hora», apuntó Esperança Ribas, administrativa de la escuela.