La Escuela de Turismo de Eivissa celebró anoche una cena para conmemorar sus bodas de oro a la que asistieron las principales autoridades de la isla, y donde se rindió homenaje a las personas que la fundaron hace 50 años: los hermanos Enrique y Ramon Fajarnés.

Esta cena, celebrada en el restaurante Can Bernat de Santa Gertrudis, reunió a más de 200 personas, que aplaudieron a los fundadores de la Escuela de Turismo cuando recogieron las placas conmemorativas para agradecerles su labor desde mediados de los años 60 como impulsores de una academia de turismo, origen de la actual institución académica. Un premio a su labor en una escuela que, a lo largo del último medio siglo, ha preparado a miles de profesionales del sector que han impulsado el turismo en la isla y que el pasado mes de febrero recibió el premio Ramon Llull del Govern balear por su labor. El acto contó con la presencia del presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Torres; el director insular de Turisme, Vicent Torres Benet; el alcalde de Vila, Rafa Ruiz; la concejala de Turisme de Vila, Gloria Corral; la concejala de Turisme de Santa Eulària, Carmen Ferrer; la concejala de Turisme de Sant Josep, Helena Benlloch, y el conseller popular Vicent Roig.

Discursos

El presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Torres, fue el encargado de entregar unas placas conmemorativas a los creadores e impulsores de esta institución académica de Eivissa. En este sentido, las distinciones fueron para Antonio Cardona Noguera, impulsor de la escuela y cuya placa fue recogida por su hijo, Antonio Cardona Torres; Felipe Moreno, también impulsor de esta escuela, recibió su distinción, que fue recogida por Yolanda Ortiz. Mariano Ramon, exprofesor de la Escuela de Turismo, fue el encargado de recoger la distinción de Enrique Ramón Fajarnés, que impulsó la creación de este centro de formación junto con su hermano Ernesto. Precisamente, Ernesto Ramón Fajarnés pronunció unas emotivas palabras con las que recordó que en el primer año de la Escuela de Turismo únicamente había tres alumnos, dos chicos y una chica.

El presidente del Consell d’Eivissa cerró los discursos previos a la cena destacando que la celebración del medio siglo de vida de esta escuela no ha sido fruto de la «casualidad sino del trabajo de muchas personas que, en un contexto nada fácil, se dieron cuenta de la necesidad de formar a la gente en turismo. Toda la sociedad ibicenca está en deuda con la Escuela de Turismo ya que ha hecho una contribución muy importante para que Eivissa sea un sitio mundialmente conocido», destacó Torres, quien recordó que los estudios en turismo en este centro de formación académica tienen una tasa de empleo muy alta, concretamente, del 89%: «En un contexto laboral difícil como ahora, el 89% de los estudiantes de Turismo en Eivissa encuentran trabajo».

La cena reunió también a una amplia representación de los profesores, alumnos y empleados que han pasado a lo largo de estos últimos 50 años por una escuela adscrita a la UIB como la única oferta universitaria presencial en la isla y que en la actualidad cuenta con más de 200 alumnos, una cifra que año tras año continúa creciendo gracias al esfuerzo y trabajo que hay detrás de este institución académica.

LA NOTA

La Escuela de Turismo, impulsora del turismo profesional en Eivissa

Un local con un reducido número de estudiantes situado en la plaza de Sant Elm fue, en el año 1966, el germen de la Escuela de Turismo de la isla de Eivissa donde, hasta ese momento, no existía ningún centro de formación turística.

Los pioneros fueron Cardona y los hermanos Fajarnés pero el crecimiento de esta institución no habría sido posible sin Felipe Moreno, fundador de la Escuela de Turismo de Balears en Palma, que se empeñó en implantar extensiones en el resto de islas.

A partir de entonces, la escuela pasó por diferentes sedes hasta que el Consell d’Eivissa asumió su titularidad en 1980.

Pero fue durante la década de los 90 cuando la Escuela de Turismo se profesionalizó y se convirtió en un importante centro donde cada año estudian unos 300 profesionales y una plantilla de alrededor de una treintena de profesores.