El agujero en Can Guimó. | Toni Escobar

Las obras en la carretera de Sant Joan, que tienen prevista su inauguración para el 24 de junio, día de Sant Joan, no tienen contentos a algunos vecinos que ven como se acerca esta fecha y los inconvenientes no disminuyen. Es el caso del establecimiento Can Guimó y del estanco y los buzones del correo que se encuentran antes de llegar a Sant Llorenç.

Hace diez días aproximadamente se abrió el tráfico, en las dos direcciones, en este tramo de la carretera con la alegría de los titulares de estos establecimientos que han estado todo el invierno parados. Pero la alegría les duró poco porque en el centro de su aparcamiento, ya pequeño normalmente, se ha abierto un socavón de aproximadamente medio metro por un metro y otro medio de profundidad para la conducción de pluviales, en el que ya se han caído ya tres coches. La dueña del edificio se puso manos a la obra y emitió varias quejas a los trabajadores. Como resultado se ha rodeado el agujero con una red plástica, que si bien ayuda a que se vea mejor no resuelve el problema para aparcar. Así lo asegura Esteban, encargado de Can Guimó, que pone de manifiesto, y así nos lo muestra, que no hay espacio suficiente para que los coches puedan entrar y salir.

Esteban asegura que esta la semana pasada los operarios quisieron agrandar el agujero, «pero la dueña del edificio ha venido corriendo y se ha plantado delante de los operarios impidiéndoles que pudieran hacerlo». El encargado de Can Guimó añade que las obras están durando mucho, con el perjuicio económico que les ha ocasionado, «pero ahora es momento de encontrar soluciones para que nuestros negocios puedan empezar a ingresar», y solicita que este socavón, que impide que los clientes acudan al local, al estanco y a los buzones se cierre de inmediato.

Otilia tampoco está contenta con las obras ni entiende por qué el proyecto refleja cambios en la carretera «que no tienen sentido, lo único que han hecho y siguen haciendo es molestar». Otilia se ha visto afectada por una expropiación que limita con la carretera «y he tenido que hacer mucha fuerza para conseguir que me vuelvan a construir el muro que derribaron para coger estos metros». Esta vecina se queja de que «después de todas las gestiones, los metros que me han expropiado no se van a utilizar para nada, ni para carretera, ni para arcén, ni para parada de autobús, que en un principio parece que es lo que estaba en el proyecto», asegura.