Los accesos principales a Vila han estado embotellados durante buena parte de la mañana. El accidente que se ha producido en Ignasi Wallis con San Cristòfol, las gotas de lluvia que han caído durante las primeras horas del día y el hecho de que al estar nublado muchos turistas hayan optado por dar un paseo y hacer unas compras por la ciudad, han supuesto un auténtico caos de tráfico por todo el centro de Vila. Cualquier opción acababa en atasco, con coches parados y desesperación al alza. Las colas llegaban hasta la rotonda de Joan XXIII e iban subiendo en todas sus ramificaciones. Aparcar también era misión imposible en el municipio más poblado de la isla.