Los núcleos urbanos de Sant Jordi y Platja d’en bossa, dos de las zonas de la isla más afectadas por los problemas de suministro y calidad del agua, comenzarán a recibir agua desalada dentro de 10 días, según los cálculos de la Agència Balear de l’Aigua i la Qualitat Ambiental (Abaqua). Los últimos trabajos para la interconexión de las desaladoras, que permitirán suministrar agua de calidad en Sant Jordi, se han llevado a cabo en ses Coves Fosques.

Según indicaron ayer fuentes de Abaqua, «las obras en sí ya han terminado y precisamente en esa zona las tuberías ya están llenas y a punto para las analíticas de sanidad».

Tan solo restan un par de flecos para que el abastecimiento de agua procedente de las desaladoras de Vila y Sant Antoni sea una realidad. Entre ellos, «una pequeña interconexión en forma de T y las analíticas de sanidad». «Las obras que quedan durarán unos 10 días más», puntualizaron desde la agencia dependiente de Medi Ambient.