Sobre estas líneas, la Virgen del Carmen en el Passeig de Ses Fonts con el manto caído llegando al barco. | DANIEL ESPINOSA

Pasaban cinco minutos de las 20.00 horas, todo marchaba con normalidad y de repente ocurrió. Sin saber ni cómo ni por qué, la corona y el manto que portaba la imagen de la Virgen del Carmen de Sant Antoni a su paso por el carrer Ample camino del passeig de ses Fonts se vinieron abajo. Cayó al suelo ante el desconcierto de sus cuatro portadores, de los que iban delante con el estandarte e incluso del obispo de Eivissa y Formentera, Vicente Juan Segura. A pesar de los esfuerzos de unos y otros no hubo manera de volverla a colocar y la imagen tuvo que llegar hasta los barcos que esperaban para llevarla a alta mar sin corona ni manto. Al final y afortunadamente, a bordo del barco Capitán Nemo todo volvió a su normalidad y la procesión marinera pudo terminar sin más sobresaltos.

Un hecho curioso que no empañó el éxito que tradicionalmente tiene la Virgen del Carmen en la localidad de Sant Antoni. La misa oficiada por el obispo Vicente Juan Segura y amenizada por el Coro de la Hermandad Rociera de Sant Antoni en la iglesia del pueblo fue seguida por un centenar de fieles. Lo mismo que la procesión por las calles céntricas del pueblo, que una vez más despertó la curiosidad de decenas de turistas sentados en el Passeig de Ses Fonts. Incluso, los más atrevidos o descarados, no dudaron en echarse un baile, a su manera, con los miembros de Sa Colla de Can Bonet ante alguna que otra mirada reprobadora por parte de las vecinas más mayores. Un fiel reflejo de lo que es Sant Antoni en verano.