Margalida Roig es, aunque ella no quiera reconocerlo, la gran dama de la música tradicional de Eivissa. De hecho hay muchos ibicencos, sobre todo aquellos que descienden de varias generaciones, que están desesperados por poder conseguir el único disco que ha grabado en solitario, Camins d’Eivissa. Algo que nos deja bien claro la importancia que tiene esta cantautora, poeta y recopiladora de textos tradicionales pitiusos que nació un 23 de julio de hace 69 años en can Joan de sa Caseta en Sant Miquel.

A pesar de ello nuestra aspirante a Sardina Negra de esta semana se muestra como una persona humilde y divertida que no deja de gastar bromas durante esta entrevista que se lleva a cabo sentados tranquilamente en la plaza de la iglesia de Jesús, localidad en la que lleva viviendo muchos años y que, incluso le dedicó una placa con uno de sus poemas. Una entrevista en la que descubrimos mucho más a esta mujer que a pesar de no haber estudiado música ni composición ha escrito más de 300 letras desde que compuso la primera para que sus hijos la bailaran en una exhibición de ball pagès en Jesús. Además, Margalida, nueva Sardina Negra de Periódico de Ibiza y Formentera, nos habla de lo que le inspira, de lo que ha cambiado Eivissa desde que empezó, de su colaboración con el músico Michael Cretu, de las discotecas y los djs que ponen música en ellas e, incluso, se muestra seguidora del cantante Manuel Carrasco y del programa La Voz. Con ustedes, queridos lectores, Margalida Roig.

—¿Sabe una cosa? La persona que más contenta estaba de que usted se convirtiera en Sardina Negra era mi mujer. Ella es ibicenca de varias generaciones y la admira mucho. Siempre dice que es la gran dama de la música tradicional de la isla.

—(risas). Hombre pues muchísimas gracias por lo que me toca pero no me considero eso ni mucho menos. En Eivissa también hay mucha gente que canta muy bien y que tiene una gran voz. No soy la única que se dedica a la música en esta isla.

—Puede ser pero si por algo destaca es por su promoción y trabajo en torno a la música tradicional de la isla. Me han dicho que tiene más de trescientas canciones escritas y eso es digno de reconocimiento.

—¿Más de trescientas? ¿Seguro? Ya he perdido la cuenta (risas)

—¿Cómo le dio por ello?

—Pues como a otras personas les da por hacer ganchillo y al final acaban teniendo en su casa más de treinta manteles. No sé, lo cierto es que es algo que casi empezó por casualidad pero como vi que era algo que me relajaba y me hace sentirme bien decidí no dejarlo. Y mira, aquí estamos y con muchas ganas de seguir por este maravilloso camino.

—¿Recuerda cuál fue la primera canción que compuso?

—Por supuesto. Fue una que compuse hace más de 30 años para mis hijos, que bailaban y cantaban en las colles de Jesús y Santa Gertrudis. La titulé A la verge de Jesús, y se representó con gran éxito en el patio de la iglesia de este pueblo, ante mucha gente. Fue algo muy bonito y aún se me ponen los pelos de gallina al recordarlo.

—¿Es la canción más especial que ha compuesto?

—Hombre hay muchas a las que tengo un gran cariño. Todas son especiales porque todas han sido compuestas significando algo para mí. Pero tal vez una de las que recuerdo con más cariño fue la que compuse para un grupo de personas que regresaron a nuestra isla desde Argentina aprovechando la Operación Retorno que impulsó el Govern balear hace cosa de diez años. Fue muy emocionante, sobre todo cuando vi la cara de todos los que allí estaban, en su tierra, después de tantos años.

—¿Es cierto que no estudió música ni composición?

—Desgraciadamente no tuve esa suerte. Yo siempre he dicho que estudie trabajo. Eso sí, desde pequeña tuve afición por la música y la suerte de poder quedarme con muchas letras sólo de oírlas. Y eso me ha ayudado mucho durante estos años. Además, soy una persona muy observadora y en cuanto veía algo que me inspiraba empezaba a darle vueltas en mi cabeza mientras estaba en el trabajo y luego por la noche, cuando estaba en casa, lo acababa de rematar, lo pasaba a limpio y guardaba el resultado como si fuera un tesoro.

—¿Eso no es mucho trabajo?

—(risas) Un poco, pero a mí eso nunca me ha importado porque el componer canciones siempre me ha aportado una magnífica sensación de bienestar. Y además, al final no deja de ser relativamente sencillo si coges la dinámica y se tiene la inspiración adecuada.

—¿Y en qué se inspira ?

—Eivissa ofrece muchas cosas. Pero fundamentalmente en mis propias experiencias y en cualquier rincón de la naturaleza. Una ribera, un torrente, una playa, una fuente o un pozo, todo está bien para idear una canción. Yo me fijo y si me gusta empiezo a darle vueltas a la idea para crear la canción como si fuera una pequeña carta en la que cuento lo que siento al ver o estar en ese lugar. También me inspiro mucho en el agua dulce aunque desgraciadamente en Eivissa hay cada vez menos.

—¿Eivissa cada vez tiene menos rincones como esos de los que habla en sus canciones?

—No se crea, si los sabes buscar los encuentras. Aunque el cemento cada vez lo invade todo más deprisa siguen quedando lugares maravillosos que sólo conocemos los ibicencos. Además, por lo general, mis canciones hablan de otra época en la isla.

—¿Mejor o peor?

—Diferente. Dejémoslo en eso. Eso sí, soy de las que piensa que siempre hay que mirar hacia delante.

—Volviendo a su trayectoria. Más de 300 canciones, ¿las tendrá bien guardadas? Eso es algo que no se puede perder.

—Por supuesto, yo las escribo a mano y a mi manera, porque algunas tienen faltas de ortografía, y después mis hijos son los que me ayudan a pasarlas al ordenador para que se entiendan. Incluso, he contado con muchas ayudas para, por ejemplo, encuadernarlas y tenerlas bien archivadas para que no se pierdan.

—Estamos hablando de historia viva de Eivissa.

—Tal vez no tanto. Pero sí que se trata de un gran trabajo y no me gustaría que se perdiera como alguna vez me ha pasado con alguna canción (risas). Además me gustaría que todas estas canciones supusieran un impulso para fomentar la cultura y la tradición de Eivissa. Con eso me daría por contenta.

—Es usted muy modesta. No me negará que tiene una trayectoria musical muy importante...

—(risas) Y eso que no soy profesional (risas). Bueno no me puedo quejar porque he tenido la suerte de dar conciertos en ciudades como Madrid, Alicante o Palma, y en participar en xacotas pagesas por todos los lugares de Eivissa. Además, he grabado un disco en solitario, en el 2000 titulado Camins d’Eivissa, y colaborado con otros muchos artistas más.

—Por ejemplo Michael Cretu. Dicen los entendidos que aquello supuso un antes y un después en la música de Eivissa.

—No estuvo mal. Fue para el último disco de Enigma que se llamaba Seven Lives Many Faces y que fue publicado en septiembre de 2008. Aporté dos temas, La Puerta del Cielo y Between Generations, y fue una experiencia muy interesante porque las letras y sus respectivas músicas las compuse yo.

—¿Cómo surgió aquella colaboración?

—Bueno, un poco por casualidad. Se ve que Michael Cretu me oyó cantar en algún sitio, le gustó como lo hacía y rápidamente se puso en contacto con alguien que me conocía. Nos presentaron, empezamos a hablar, nos pusimos de acuerdo en como lo haríamos, grabamos y salió.

—¿Se imagina si un día le llama David Guetta?

—(risas) No estaría mal para que todos los que escuchan su música por todo el mundo descubrieran lo que tenemos en Eivissa (risas). No, en serio, yo ya no estoy para esos trotes y a pesar de que el trabajo ya no me retiene tanto, ya tengo mis achaques y me costaría irme de grandes giras y actuar en grandes discotecas ante miles de personas (risas).

—No me diga que no sería divertido...

—(risas) Puede ser, pero si le soy sincera me quedo con mis xacotas pagesas. Allí realmente interpreto la música que yo he compuesto y que habla de la isla que tanto quiero. Por ejemplo, me encanta colaborar con Jesús, mi pueblo, y con sus fiestas, tanto cantando como en el programa de fiestas. Es mi manera de añadir un granito de arena para que la cultura de la isla no se pierda.

PEQUEÑA BIOGRAFÍA

Margalida Roig nació un 23 de julio de hace 69 años en can Joan de sa Caseta en Sant Miquel. Reside en Jesús desde hace muchos años y es una de sus vecinas más ilustres.

No estudió música ni composición pero ha sido capaz de escribir más de 300 temas musicales relacionados con Eivissa. Además tiene un disco en solitario, Camins d’Eivissa, que vió la luz en el año 2000, y en 2008 colaboró con Michael Cretu en el último disco de Enigma, ‘Seven Lives Many Faces’. Para este trabajo escribió y musicó dos temas, La Puerta del Cielo y Between Generations. Además ha actuado en Madrid, Palma, Valencia y, por supuesto, en cientos de xacotes pagesas por todo Eivissa.

No es profesional de la música, por lo que estuvo trabajando 19 años cuidando del Centro de Salud de Jesús y otros tantos como empleada del hogar.

E L T E S T

Un libro

La catedral del mar de Ildefonso Falcones

Una película

Lo que el viento se llevó

Una serie

Me encanta el programa de La voz

Un grupo o un cantante

Me costaría quedarme con alguno aunque me encanta Manuel Carrasco

Un color

Rojo

Un plato de cocina

Sofrit pagès

Un deporte

Caminar

Un lugar de la isla donde perderse

Santa Eulària y sobre todo el Puig de Missa

Un viaje que nunca olvidará

Uno que hice al País Vasco

Una manía

Dejar las cosas en hilera y los cuadros bien rectos

Un defecto

No saber esperar. No me gusta la impuntualidad

Una virtud

Tal vez saber componer sin haber estudiado música

Un sueño por cumplir

Muchos. No soy muy exigente

Alguien a quien admire

A las personas anónimas que siempre están listas para ayudar a los demás con una sonrisa y una palabra de ánimo

Si no fuera Margalida Roig que sería...

Directora de cine