«La gente gritaba fuego, fuego. Salí al comedor y estaba todo lleno de humo. Me tapé con una camiseta y al salir a las escaleras era una locura, pero he podido escapar a tiempo de las llamas y el humo». Así narraba Andrea Fernández el infierno en que se convirtió el número 28 de la calle Vara de Rey ayer por la mañana.
Eran las 10.50 horas de la mañana cuando una llamada al 112 alertaba de un incendio en una vivienda en el centro de Sant Antoni. El comunicante era el propio autor del fuego. José María S.S., español de 58 años, se personó minutos después en el retén de la Policía Local y advertía que él había sido el causante del fuego. Según fuentes consultadas por PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA, el hombre llevaba unos meses ocupando una habitación que le habría realquilado una vecina del primero. Ayer, fruto de alguna desavenencia, el hombre lanzó acetona en la habitación y le prendió fuego. Testigos presenciales apuntan que en un primer momento ayudó en la extinción del incendio pero luego desapareció.

El fuego se propagó en cuestión de minutos por todo el edificio. Hasta la zona se desplazaron cuatro patrullas de la Policía Local, tres patrullas de la Guardia Civil, ocho voluntarios de Protección Civil y 15 bomberos.

En los primeros momentos se vivieron situaciones de tensión e incertidumbre ya que hubo que desalojar a una vecina con movilidad reducida y rescatar a las dos mujeres que se quedaron atrapadas en su balcón de la tercera planta. Además, los bomberos tuvieron que acceder a una vivienda donde se desconocía si había alguien en su interior.

Llamas por todo el edificio

Pasados unos 45 minutos, el edificio era como una pira y la densa columna de humo era bien visible desde Sant Rafel.

Con la ayuda de una escalera, los bomberos rescataron a las dos atrapadas, dos jóvenes de 24 y 30 años de nacionalidad húngara. Una ambulancia del 061 las evacuó al hospital de Can Misses afectadas por inhalación de humo.

Los servicios sanitarios también atendieron a varios efectivos que participaban en la extinción del fuego y a Carmen, una vecina de 85 años que tiene la movilidad reducida y que fue desalojada por su nieto. La hija de Carmen apuntó que pasó «mucho miedo e incertidumbre» hasta que supo que su hijo la había bajado a la calle.
Los bomberos accedían con equipos de respiración autónoma y salían extenuados. Las temperaturas eran muy elevadas. Pasado el mediodía daban por controladas las llamas pero todavía se producía algún rebrote que era seguido por decenas de vecinos concentrados en los accesos. Siguiendo todos los trabajos también estuvo el alcalde José Tur ‘Cires’, quien apuntó que los cerca de 30 damnificados serán atendidos a través de Servicios Sociales del Ayuntamiento.

Hasta la zona también se acercó el propietario de la casa alquilada donde se originó el fuego. El incendio afectó la práctica totalidad de las 12 viviendas. Ahora los técnicos municipales deberán comprobar si la estructura aguantará.