Antonio Colinas estuvo acompañado del director y productor de cine Antonio Isasi Isasmendi, el concejal Pep Tur, el alcalde Rafa Ruiz, su mujer, y los poetas Julio Herranz y Carles Fabregat. | Toni Escobar

Ayer la sala Marià Villangómez de la Biblioteca Municipal de Can Ventosa rindió un sentido homenaje a Eivissa y a la figura del poeta leonés Antonio Colinas. Un reconocimiento que se llevó a cabo a través de la lectura de algunos versos del recientemente galardonado con el prestigioso premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana por parte de otros poetas como Julio Herranz, Carles Fabregat, Toni Roca y Josep Marí. Incluso, Fanny Tur, directora de la biblioteca, leyó de parte del ausente Antoni Marí su poema Número 13, incluido en su obra El desert, traducida al castellano por Vicente Valero.

Con todo ello se quiso reconocer, según Tur, «la trayectoria y la aportación a la cultura de Eivissa y Formentera de un leonés que es un ibicenco más después de pasar en la isla más de veinte años y haber compuesto aquí varias de sus obras».

Algo que el propio Colinas, en declaraciones a este periódico, reconoció públicamente agradeciendo «todo lo que me han dado las Pitiüses». «Cada vez que vengo mis recuerdos se amontonan porque aquí viví muchos años, escribí varios libros y por ejemplo, Dalt Vila siempre me retrotrae a los tiempos en los que compuse La nave de piedra inspirándome precisamente en esta ciudad antigua», aseguró el creador nacido en La Bañeza hace 60 años.

La mayor parte de su obra realizada en Eivissa y Formentera, incluído el estudio Rafael Alberti en Ibiza. Seis semanas del verano de 1936, editado en 1995, están ambientados en épocas en las que las dos islas eran bien distintas. «No se si ahora todo es mejor o peor pero cuando llegué a la isla todo era más diferente, sobre todo en las relaciones sociales y en la posibilidad de vivir más cerca de la naturaleza», recordó Colinas.

Aún así, el leonés no pierde el optimismo ante la situación actual que viven las Pitiüses porque «en su corazón, en el interior de las islas, una buena parte sigue a salvo de la invasión turística, permitiendo que todavía haya lugares dignos de ser descubiertos cada día».

Un optimismo que también traslada al mundo de la poesía actual. Colinas, quien acaba de publicar Memorias del estanque, está «en completo desacuerdo» con esa corriente que afirma que la poesía es la hermana pequeña de la literatura. Por ello se mostró esperanzado ante su futuro, entre otras cosas, porque «hay una buena cantera de jóvenes poetas en toda España. «Son buenos momentos para la lírica porque hay muchos jóvenes españoles que escriben poesía de gran nivel en distintos idiomas y en distintos niveles y eso, para los creadores como yo, que vamos entrado en años, es una magnífica noticia», concluyó.