Carolina, ayer, en el paseo Vara de Rey de Vila. | Arguiñe Escandón

«Esta situación es desesperante; no sé hacia dónde tirar», explica con angustia Carolina Galdeano, una ciudadana que vive en Eivissa durante todo el año, que trabaja de cocinera y que se ha visto abocada a tener que dormir en una playa después de que la persona que le alquilaba una caravana como vivienda la echara por contar su situación en un medio de comunicación nacional. En este sentido, el programa Espejo Público de Antena 3 estaba realizando un reportaje sobre las dificultades de acceso a la vivienda de alquiler y uno de los testimonios que reflejó fue el de Carolina, que es madre de dos hijos de cuatro y 11 años. Sus hijos, según relata, viven en Alicante con su madre y su hermana ya que en la isla no dispone de vivienda para poder estar con ellos.

«Empecé a buscar piso de alquiler en marzo y no encontré nada; alquilamos una caravana por 600 euros ya que era lo único asequible que encontramos. Cuando vinieron los reporteros a grabar mi testimonio, los dueños de la caravana, que es ilegal y no tiene papeles, vinieron a echarnos. La caravana se ve que no era de la persona que me la alquiló y el terreno era alquilado; yo no tengo la culpa de eso. Yo les pagué el alquiler y tenía derecho a mostrar mi vivienda», lamenta Carolina, quien explica que ella pagaba un piso de alquiler con su exmarido pero éste empezó a «alquilar camas a sus compatriotas» hasta que un día «se juntaron viviendo 15 personas senegalesas ahí dentro», lo que generó una convivencia insostenible, sobre todo para sus hijos.

«Una noche mi hijo pequeño empezó a llorar y estas personas que vivían en el piso me agredieron. Fui a denunciar. Me mandaron a una casa de acogida y de ahí a Alicante, donde tengo familia. A principios de año volví a Eivissa para divorciarme, retomar mi trabajo y mi vida. Pero es muy complicado porque no puedo conseguir una vivienda asequible en la que poder estar con mis hijos; te piden muchos meses por adelantado y no puedo pedir ayudas a las administraciones porque me quitaron del padrón al abandonar el piso en el que estaba con mi exmarido», narra Carolina, quien se muestra «absolutamente desesperada por la situación que estoy viviendo; en la vida me he visto en algo así». Carolina asegura que es tal la «presión y angustia» que siente que incluso ha caído en una depresión.