Los ayuntamientos de la isla de Eivissa, con la coordinación del Consell, se han unido para poner en marcha una campaña de control del mosquito tigre. El objetivo es que este insecto invasor, procedente del sudeste asiático, no prolifere en la isla y rebajar lo máximo posible su población ya que su erradicación, al igual que con la plaga de serpientes, se antoja imposible.

Para ello los consistorios han destinado 40.000 euros que servirán para colocar, si es necesario, hasta 300 trampas (de momento se han colocado 80) en todo el territorio para saber en qué lugares se ha extendido el mosquito tigre. Según explicaron ayer, estas trampas están compuestas por un pequeño recipiente con poca cantidad de agua y una varilla por encima del líquido donde los insectos depositan sus huevos.

Estas varillas se retiran cada quince días y se envían a un laboratorio de Tragsa en Valencia, donde detectan la existencia o no de mosquitos tigre. Estos insectos, a diferencia del mosquito común, tienen un carácter más urbano ya que no crían en grandes masas de agua como podrían ser los humedales de ses Feixes o los estanques de ses Salines, sino necesitan muy poca cantidad de agua estancada para desarrollarse.

En una segunda fase se llevarán a cabo tratamientos contra las larvas en las zonas donde se haya detectados su presencia mediante productos biológicos y muy selectivos. En caso de emergencia y ante una detección masiva de estos insectos en zonas habitadas o especialmente sensibles como guarderías, centros educativos, residencias o centros sanitarios se contempla la posibilidad de realizar tratamientos de choque contra el insecto ya adulto, aunque «ojalá no lo tengamos que hacer», apuntó ayer el técnico de medio ambiente del Consell, Jaume Estarellas.

La presencia del mosquito tigre en Eivissa se detectó en primera instancia en el polígono de Montecristo y en el puerto de Eivissa, por lo que se sospecha que llegó a la isla por vía marítima desde la Península, donde su existencia es todavía mayor. Desde estas zonas el insecto se ha extendido hacia la ciudad de Vila (se ha detectado en el barrio de Can Misses), Puig d’en Valls, Jesús, Sant Rafel (en la zona del hipódromo) e incluso en Cala Gració (Sant Antoni).

‘Mosquito alert’

Entre las recomendaciones a la ciudadanía para evitar la acumulación de agua en espacios privados, también se recomienda el uso de la aplicación ‘Mosquito alert’. Esta app para smartphones que permite notificar posibles hallazgos a través del envío de fotografías y obtener información sobre el insecto en cuestión. El mosquito tigre (Aedes albopictus) llega a medir 5 milímetros como máximo, es de color negro con franjas blancas en las patas y el abdomen, y una gran franja blanca en la cabeza y el tórax.

El ejemplar adulto de mosquito tigre vuela bajo, pica durante todo el día (las hembras, exclusivamente) y tiene un radio de acción corto, y que se limita a un perímetro de 500 metros alrededor del punto donde ha depositado los huevos. Vive durante la época de más calor (entre abril y noviembre) y deposita los huevos en aguas estancadas.

LA NOTA

La concienciación de los ciudadanos, vital para la lucha

Se llevará a cabo una campaña de divulgativa y sensibilización a través de las redes sociales y los medios de comunicación, así como una veintena de reuniones técnicas formativas a través de las asociaciones de vecinos. «La colaboración ciudadana es imprescindible», señaló el conseller de Medi Ambient, Miquel Vericad, quien añadió que «las instituciones podemos actuar en espacios públicos, pero lo importante es que cada ciudadano, dentro del ámbito privado, haga todo lo posible para evitar la generación de sitios de cría del mosquito tigre”.

Por esta razón se recomienda evitar la creación de aguas estancadas, que son el hábitat favorito del mosquito tigre para criar: se recomienda evitar acumulaciones de agua en objetos de jardín, mantener cubiertos con tapas o mosquiteras los elementos fijos de acumulación de agua, renovar dos veces por semana el agua de los bebederos de animales, mantener limpias las canac