José Tur Torres (Sant Mateu, 1950) lamenta no poder ampliar la plantilla de la policía local para dar abasto a todas las incidencias que surgen, sobre todo, en verano. Pep Cires destaca el trabajo que se ha llevado a cabo en su primer año de legislatura en cuanto a los servicios de limpieza y de suministro de agua.

—¿En qué ha mejorado el municipio desde que usted es alcalde?

—La percepción que tengo y que me hacen llegar los ciudadanos es que hemos mejorado en limpieza, aunque no lo suficiente. Ya ha salido a concurso la nueva contrata y se han presentado una UTE formada por tres empresas y otras dos ofertas. Espero que pueda entrar en vigor a principios del año que viene y que suponga una mejora importante en cuanto a limpieza. Hemos hecho una cambio necesario en Cala Salada en el que, seguramente, no habremos acertado en todo pero sí que creo que hemos mejorado de manera importante y es otra manera de enfocar un grave problema que teníamos allí. En seguridad no hemos mejorado todo lo que nos hubiera gustado por falta de medios. Tenemos 40 policías y queríamos contratar seis más. Estamos en este proceso y se han presentado 30 personas. También podíamos contratar siete policías turísticos de los que están siete meses y no ha sido posible porque no hemos encontrado candidatos, sólo han venido dos desde un municipio de Mallorca. Es sorprendente que en un país con más de un 20% de paro no encontremos gente preparada y con ganas de ser policía.

—Modificaron una ordenanza para combatir el botellón pero Sant Antoni amanece cada día con botellas vacías y la suciedad propia de esta actividad. ¿Por qué no se ataja este problema?, ¿qué ha fallado?

—Durante muchos años se ha venido a Sant Antoni a hacer botellón. Nosotros hemos luchado para que esto cambie y hemos encontrado la colaboración de policías locales de otros ayuntamientos porque se ha visto que vienen ciudadanos de otros municipios a hacer botellón aquí. Estamos trabajando para erradicarlo a través de los colegios y otras instituciones. Esperamos que poco a poco se controle, creo que ha mejorado, pero en verano es muy difícil y hay muchos focos y pocos policías para poderlos controlar.

—En las últimas semanas también ha salido a la luz el acoso que sufren los turistas por parte de vendedoras ambulantes. ¿Qué han hecho para que estas situaciones no se repitan?

—Por lo que me dicen, hasta 31 de julio hemos puesto 400 denuncias, lo que quiere decir que hay muchas actuaciones. También es verdad que siguen allí porque la ley no nos permite que denunciarles, retirar los productos ilegales que venden y seguir actuando. Mientras no tengamos un policía al lado de una de estas personas que venden o que molestan será difícil. Está arraigado desde hace tantos años que nos costará.

—¿Cree que con su gobierno existe un mayor control de las ordenanzas?

—Estoy convencido de ello. No sólo existe un mayor control sino que hemos cambiado y mejorado las ordenanzas, que es el primer paso que hay que dar para luego hacerlas cumplir. Seguiremos trabajando para cambiar las que todavía no lo han hecho para que se vea una mejora en esta actividad que no es beneficiosa para Sant Antoni. Ahora se ponen más denuncias que antes y, además, ahora se tramitan.

—¿Qué sensaciones tiene cuando pasea por el West End, la zona más conflictiva del pueblo?

—Son recuerdos de tiempos anteriores, cuando era un barrio agradable. Entre todos tenemos que ser capaces de encontrar una solución para esta zona que sea buena para los comerciantes y para el pueblo y que la convivencia no sea un conflicto ni allí ni en ningún otro sitio.

—¿En qué se ha notado la contratación de Ángeles Gallardo para el cuerpo de policía?

—Hemos mejorado la organización, la colaboración y las acciones que se llevan a cabo. Aunque alguien pueda pensar que no es así, seguramente estaríamos mucho peor si ella no colaborara con nosotros.

—¿Cuándo se presentarán las conclusiones del plan estratégico?

—La intención es que esté acabado en septiembre. Hemos recogido la opinión de mucha gente durante muchos días de trabajo y creo que refleja muy bien el sentimiento general del sector empresarial, de los particulares y de las asociaciones de vecinos del municipio. Podrá ser nuestra herramienta de trabajo y nuestra guía en los próximos años.

—¿Habrá dinero el año que viene para llevar a cabo mejoras en este sentido?

—Sí, esa es la intención. Estamos empezando a trabajar en ellosy tendremos que ver qué es lo más urgente e importante que sale en el plan estratégico para ponerlo en los presupuestos de 2017.

—¿Qué aspectos a mejorar hay en el acceso a Cala Salada? Porque el problema de colapso de coches se ha trasladado a Punta Galera.

—Nosotros no contábamos con que la gente estaría dispuesta a bajar caminando hasta la playa, lo que provocó que aparcaran el coche más arriba. Cuando vimos esto pusimos otro informador en el cruce de entrada a Cala Salada en la carretera que va a Corona, que ha mejorado la situación. Finalmente, la información que tengo de las últimas semanas es que la situación se ha normalizado, se ha puesto otro autobús y éstos van llenos. Cuando acabe el verano reflexionaremos y miraremos qué se puede mejorar de cara al año que viene. Creo que hemos dado un paso importante porque la situación que se daba en Cala Salada, con un importante riesgo de incendio y problemas para acceder a la playa en caso de accidente, era insostenible. La mejora es importante y se ve día a día.

—¿En qué situación están los trámites para la mancomunidad del suministro de agua con Vila? ¿Cuándo creen que podrá empezar?

—Estas cosas son lentas porque primero tienes que convocar un concurso y adjudicarle a una consultora que te haga los estudios. Tenemos unas impresiones previas pero todavía no tenemos el estudio definitivo. Sin embargo, la información que tenemos es que el ahorro de hacerlo de manera mancomunada sería importante, ya que podríamos invertir entre un 15% y un 20% más en instalaciones.

—¿Supondría una rebaja en el precio del agua o sólo el incremento en inversiones?

—Si sirve para que no suba el coste y mejoramos las instalaciones ya habríamos avanzado mucho. De todas formas el tema de las tarifas se tendrá que estudiar, pero seguro que tendrá un beneficio global para los habitantes de los dos municipios.

—¿Tienen previsto municipalizar el servicio de agua en las zonas donde ahora lo ofrecen empresas privadas?

—El interés es municipalizarlo pero dependerá de nuestra situación económica, que ahora es mala. Nos hemos encontrado un ayuntamiento muy endeudado y estamos pagando muchos intereses de demora de facturas de legislaturas anteriores que no se pagaron a tiempo. Ahora tenemos una sentencia por la que tenemos que pagar 280.000 euros, por una gestión no adecuada de las Normas Subsidiarias tenemos que pagar unas expropiaciones de parcelas urbanas que no tienen ningún interés para el Ayuntamiento... La situación económica heredada es mala, por lo que la municipalización de este servicio es difícil.

—El PP denunció la parálisis del departamento de urbanismo. ¿Siguen centrándose en las infracciones o ya empiezan a dar licencias?

—No, no ha habido parálisis en el departamento. Lo que pasó es que la arquitecta que había aquí se dio de baja y hemos buscado alternativas. Nosotros también hemos encontrado muchos expedientes pendientes de resolver de los años 2013 y 2014, pero parálisis no hay.

—Los vecinos de es Fornàs están preocupados por el proyecto de línea de alta tensión. ¿Cuál es la postura del Ayuntamiento?

—Nosotros apoyamos la opinión de los vecinos de es Fornàs y estamos absolutamente en contra de que se haga este tendido que destrozaría un lugar de mucho valor. Los vecinos de la subestación de sa Serra tampoco quieren estas torres. Tenemos claro que Sant Antoni necesita energía y se puede pensar en una alternativa que podría ser un centro de producción de energía eléctrica con gas natural cerca de la subestación que hay ahora y soterrando las conexiones y la conducción de gas natural. Con las nuevas tecnologías de hoy, sería un centro pequeño y que no molestaría a nadie. Esto es solo una idea y habría que ver si sería factible.

—También se le ha criticado por seguir compaginando su cargo político con la presidencia del Club Náutico de Sant Antoni. ¿Ha pensado en dejarlo a corto plazo?

—Hace mucho tiempo que soy presidente del Club Náutico y lo soy porque me eligieron los socios. Lo que tampoco quería era defraudar la confianza que tienen los socios en nuestra junta directiva. Como todo el mundo sabe el Club Náutico es una entidad sin ánimo de lucro y entiendo que no tiene que ser un problema. De todas formas, mi mandato acaba el año que viene y luego será el momento de hacer lo que digan los socios.

—Los organizadores del Bloop Festival les han criticado y parece que quieren abandonar Sant Antoni. ¿Tan mal se han portado con ellos?

—Eso lo dicen ellos, pero nosotros creemos que no. Sé que ha habido divergencias con su manera de actuar, se lo hemos hecho saber hace días y parece que ellos han reservado las críticas para el final. El Ayuntamiento hace una inversión para hacer estas actividades culturales, que tienen un efecto positivo, pero se tienen que hacer de acuerdo a unos principios. No ha habido suficiente colaboración por su parte y algunas de las cosas que les pedimos no se han cumplido, por lo que tendremos que valorar qué hacemos en el futuro.

EL DETALLE

«Haremos un estudio de accesibilidad del núcleo urbano»

—¿Qué inversiones tienen previstas para el año que viene y que incluirán en los próximos presupuestos?

—Tenemos que buscar un local adecuado para un centro cultural que no tenemos en Sant Antoni. Una de las opciones es el Cine Torres pero habrá más. Por otro lado, el ayuntamiento viejo también está en ruinas y hay que buscar la manera de resolver esta cuestión. También se tiene que hacer un estudio de accesibilidad de tráfico, señalización y ordenación del núcleo urbano que es urgente, pero esperaremos a tener el plan estratégico y daremos preferencia a las pautas que han dicho los ciudadanos que necesita Sant Antoni y nuestro presupuesto, principalmente, irá para este plan estratégico.