Trescientos sesenta y cinco días después de que el día grande de Jesús se tuviera que celebrar bajo techo debido a la intensa lluvia que cayó aquella jornada, ayer por la mañana el panorama fue completamente distinto en esta pequeña localidad de Santa Eulària. El sol lució radiante haciendo que subieran las temperaturas más de lo conveniente y cerca de un centenar de personas, de todas las edades, acudieron felices y con sus mejores galas para disfrutar de la misa, la procesión, el ball pagès y la degustación de productos típicos.

Así, la jornada discurrió sin sobresaltos y sin mayor sorpresa que la de no ver al obispo de Eivissa y Formentera, Vicente Juan Segura oficiando la misa, ocupando su lugar el cura de Santa Eulària y vicario general, Vicente Ribas, y el cura de Jesús, Pedro Miguel López, quien tomó posesión del cargo hace apenas un mes. Precisamente este último invitó a los 14 mayores de Sa Residencia que ayer disfrutaron con el día grande junto a su animadora Jasmina, su trabajador social Miguel Ángel, varios voluntarios y familiares. «Él nos da misa todos los sábados en el centro y fue una gran sorpresa y una gran idea que nos invitara porque a nuestros mayores les supone una gran alegría salir del centro y disfrutar con la fiesta», explicó Jasmina.

No le faltaba razón a la animadora viendo sus caras de ilusión mientras al ritmo de la música de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Cautivo pasaba por delante de ellos la procesión, encabezada por el pequeño David Ezequiel Cristaldo Jara, el alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, el president del Consell, Vicent Torres, y la concejala de Jesús Marilina Boned, y compuesta por ocho imágenes, la última, la patrona, portada por cuatro mujeres de Sa Colla de l’Horta.

Vicent Marí, ‘ballador’

Esta misma agrupación hizo después disfrutar a todos los presentes que, desafiando al calor, se esmeraban por captar con sus teléfonos móviles sus ágiles pasos y los de Vicent Marí. Y es que una vez más, el alcalde de Santa Eulària se animó y demostró su habilidad como ballador junto con otros miembros de sui equipo de gobierno. Y finalmente, para descansar del esfuerzo, no dudó en darse un pequeño paseo en un carro de barana antes de embarcarse en la aventura que siempre supone salir del pueblo en dirección a Eivissa.