El matrimonio catalán brinda por sus más de cuarenta años de vacaciones en Ibiza. | DANIEL ESPINOSA

Por mantenerse fieles a Eivissa como visitantes y elegir la isla de forma ininterrumpida para disfrutar de sus vacaciones durante los últimos 40 años, el matrimonio de turistas catalanes formado por los señores Nuria y Mateu Puig Soler, de 69 y 72 años de edad, respectivamente, recibió ayer tarde un merecido homenaje por parte del Consell d’Eivissa y del Hotel Palladium Palmyra de Sant Antoni, en reconocimiento a la innegable pasión que ambos sienten por la isla blanca.

Esta pareja, natural de Sant Sadurní d’Anoia, capital del cava, comenzó a pasar sus vacaciones estivales en Eivissa en agosto de 1976 y, desde entonces, han mantenido por delante de cualquier otro destino turístico su preferencia por nuestra isla, siendo testigos de lujo de la evolución, del progreso y de los muchos cambios que ha experimentado Eivissa con el paso del tiempo en este casi medio siglo.

«Desde que empezamos a venir de vacaciones a la isla, todas las cosas han ido cambiando mucho. Eivissa ha evolucionado como de la noche al día. En aquellos tiempos en Platja d’en Bossa no existía nada de lo que hay hoy. Todo aquello eran campos de algarrobos y no había nada más. Dalt Vila era apenas un pueblecito pequeño ahí arriba», explicaron Nuria y Mateu. En este sentido, los homenajeados detallaron que «el primer sitio en el que nos alojamos fue en el hotel Simbad, en Talamanca. Nos gustaba mucho salir a cenar y a pasear tranquilamente por el barrio de la Marina».

Asimismo, este matrimonio catalán recordó que «cuando comenzamos a venir a Eivissa el ambiente era muy diferente. Se respiraban aires de libertad en toda la isla. Era un ambiente muy sano y todo era mucho más familiar. Nos divertíamos mucho, aunque nosotros éramos más de disfrutar en las calas y de comer parrilladas de pescado en los chiringuitos que de ir a las salas de fiesta y discotecas».

Como agradecimiento a su fidelidad Vicent Torres ‘Benet, director general de Turisme, agasajó a los turistas con una estatuilla de la diosa Tanit, mientras que Pedro Marí, director del hotel Palladium Palmyra, les premió con una cena especial.