El día de ayer será recordado en el municipio de Sant Josep por un conjunto de importantes novedades en materia hídrica que supondrán un antes y un después, sobre todo para los cerca de 9.000 vecinos del área de Sant Jordi y la parte alta de Platja d’en Bossa.

El 20 de septiembre ha supuesto el cierre de la obsoleta desaladora móvil de ses Eres y el inicio del abastecimiento de agua de calidad procedente de las plantas desaladoras de Ibiza y Sant Antoni. Pero también ha sido la fecha en la que han entrado en vigor las nuevas tarifas del servicio de suministro de agua en el municipio –aprobadas por el pleno municipal el pasado mes de mayo y publicadas ayer en el BOIB– y que suponen una subida media del 15%. Por si fuera poco, ayer llovió por primera vez en el municipio (y en toda la isla), poniendo fin a una sequía que se prolongaba desde hacía meses.

Según explicaron en rueda de prensa el alcalde de Sant Josep, Josep Marí Ribas Agustinet, y el concejal de Aguas, Ángel Luis Guerrero, para la zona de Sant Jordi hay garantizadas 2.400 toneladas diarias de agua desalada, que es el consumo máximo registrado este verano. Con estas cifras, desde el consistorio confían en dar suministro a la demanda preservando los acuíferos.

Con la puesta en marcha de la interconexión, el primer edil de Sant Josep procedió a desconectar la desaladora móvil de ses Eres, una infraestructura que se instaló de forma «temporal», pero que lleva funcionando desde 2007.

«Somos conscientes de que esta desaladora fue un apaño temporal, que casi se convirtió en algo definitivo y tal y como nos decían seguramente esto ha contribuido a que penetrase el agua del mar. Y es que lo que sacábamos de este acuífero era agua salinizada», indicó Marí Ribas, quien aseguró que la desconexión de esta infraestructura era una «necesidad medioambiental y de sentido común».

‘Agustinet’ también recordó las mejoras realizadas en la red de suministro con el fin de hacer estas arterias más «eficientes» disminuyendo las pérdidas y «aumentando mucho el rendimiento de la red».

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Según explicó, actualmente y con los trabajos que se han desarrollado se están ahorrando unas 1.700 toneladas de agua diarias, mientras que el rendimiento de la red de suministro ha aumentado un 6%.

Sant Josep, en 9 meses

El próximo reto que afronta ahora el Ayuntamiento es hacer llegar el agua buena a la localidad de Sant Josep. Hace 10 días comenzaron las obras de distribución y transporte, unos trabajos que tienen un periodo de ejecución de 9 meses (7 meses de obra y dos de pruebas previas a la puesta en marcha). Esta inversión, de 800.000 euros, se suma a la obra de sustitución de las tuberías de Sant Josep que se reanudará el 15 de octubre. Estas obras fueron adjudicadas por 168.000 euros.

Entre este año y el próximo, el Ayuntamiento tiene previsto ejecutar una inversión global de 5 millones de euros, principalmente para paliar las graves pérdidas de agua que sufrían las tuberías del municipio.

Suben las tarifas

Mientras el depósito comenzaba a suministrar a Sant Jordi agua potable de las desaladoras de la isla, el BOIB publicó las nuevas tarifas de la empresa Aqualia para el suministro de agua en el municipio. El Ayuntamiento aprobó en mayo subidas de hasta el 40% para los grandes consumidores y mínimos incrementos para los usuarios corrientes. Según explicó Ángel Guerrero, «es importante recalcar que no es que nosotros tuviéramos ganas de subir el precio del agua, es que nos la pusieron más cara. Abaqua nos la vendía a 1,13 y lo han subido a 1,25 y esa diferencia hay que repercutirla sobre las tarifas». ‘Agustinet’ recordó que el Consistorio llevaba «9 años sin subir» las tarifas, motivo por el que la empresa había interpuesto dos contenciosos. «Si tienes un agua que es una mierda y subes las tarifas parece que eres tonto, pero tuvimos que hacerlo porque no había otra salida», argumentó el primer edil.