La mayoría de las fotos de promoción turística de Cala d’en Serra evitan retratar la ruina que, desde 1971, se erige en esta preciosa y tranquila zona costera del municipio de Sant Joan.

Parece que, finalmente, la construcción en ruinas de Cala d’en Serra será derribada para devolver al espacio, de alto valor paisajístico, su estado original. Esto es así después de que la semana pasada quedase aprobada una proposición no de Ley, presentada por el Partido Popular, para que el Govern balear incluya como proyecto prioritario el derribo de esta construcción diseñada en 1969 por el arquitecto Josep Lluís Sert. Este derribo se ejecutará con cargo al fondo del impuesto sobre estancias turísticas, si finalmente se cumple el acuerdo parlamentario.

La PNL fue aprobada en la Comisión de Turismo del Parlament del pasado 22 de septiembre, con seis votos favorables del PP y Podemos y con cinco abstenciones de PSOE, Més per Mallorca y Més per Menorca.

Después de décadas de abandono y debates sobre qué hacer con la construcción, todo apunta a que acabará siendo demolido.

Muerte y abandono

Más de cuarenta años después del inicio de los trabajos constructivos, la edificación se ha convertido en uno de los siniestros de la costa balear y española. Así lo refleja el arquitecto sevillano, Juan Antonio Sánchez Muñoz, autor de la publicación Siniestros en el litoral español, que incluye el edificio que el arquitecto Josep Lluís Sert diseñó en Ibiza.

Según Sánchez Muñoz, en 1971 comenzaron las obras, pero poco después fueron paralizadas y ya en el 1983, el proyecto quedó completamente abandonado tras la muerte de Sert. Desde entonces, asegura, se ha debatido en muchas ocasiones acerca del futuro de la superficie construida, de unos 10.000 m2, planteando diversas opciones: su conclusión, dado su valor arquitectónico y potencial turístico; la demolición, por su confrontación con el paisaje litoral donde se ubica; o reciclaje, dándole un nuevo uso que armonice las dos vertientes anteriores, concluye el arquitecto.

En este sentido, el paso del tiempo, acompañado de la incapacidad de llevar a cabo soluciones, «ha causado una imagen de baja calidad que disminuye la condición paisajística de la zona, provocando un gran perjuicio en el litoral del norte de Eivissa», relató la diputada popular, Tania Marí, en su presentación de la PNL.

Derribo o conservación

El derribo del complejo del arquitecto de renombre internacional ya fue un proyecto comprometido durante la legislatura de Francesc Antich (1999-2003). El Govern se comprometió a derribar la construcción inacabada de Cala d’en Serra, siendo uno de los proyectos previstos en Eivissa financiados por la ecotasa y que debía estar concluido en 2003. Pero, según los populares, «el gobierno socialista no tuvo en cuenta a los propietarios», con los que no llegó a un acuerdo económico. El PP lamenta como, «más de una década después, la construcción abandonada de Cala d’en Serra sigue deteriorándose cada día, suponiendo un peligro real para todas aquellas personas que pasean y disfrutan de la zona». El edificio se utiliza, a día de hoy, como aparcamiento, para prácticas de juegos simulando escenarios de guerra, acampadas ilegales y otras actividades que ponen en peligro a todas las personas que visitan Cala d’en Serra.

Como el edifico seguía en pie, en 2006, según la publicación Siniestros en el litoral español, el Ayuntamiento de Sant Joan pensó en aprovechar parte de la antigua estructura y completar las ruinas con un proyecto de Talasoterapia. El Colegio de Arquitectos, sin embargo, criticó esta opción alegando «el aumento del perímetro de la costa urbanizable y manifestando que la construcción era irrecuperable», según afirma Sánchez Muñoz. En 2008, y ante las dudas legales de la propuesta, el proyecto no se incluyó en las normas subsidiarias del municipio y, a su vez, la zona quedó protegida por la normativa municipal. En concreto, los terrenos están estrictamente protegidos por la Ley de Espacios Naturales (LEN) con la categoría de Área Natural de Especial Interés (ANEI), y además, está afectada por la Ley de Costas, al situarse en la zona de protección de 100 metros.

Así, los servicios jurídicos del Ayuntamiento denegaron en 2013 la solicitud de una promotora británica para construir un hotel de lujo, con 100 habitaciones, aprovechando las ruinas existentes.

El mismo Ayuntamiento de Sant Joan, que hace tiempo apuesta por la demolición del conjunto, el pasado mes de junio se interesó en la compra de los terrenos para poderla llevar a cabo. «Estas ruinas asalvajadas, casi poéticas», parece que tienen cada vez más cerca su final.