El pistoletazo de salida de la peatonalización del corazón de Vila se produjo ayer a las 8 en punto de la mañana cuando el paseo de Vara de Rey se cerró definitivamente al tráfico rodado para iniciar unas obras que, si se cumplen los plazos, acabarán el próximo mes de abril.

La normalidad fue la tónica de la jornada a pesar de que los dos viales del paseo, que normalmente registran una intensa circulación, estaban cerrados y vallados. También se desalojaron prácticamente todos los coches de la zona azul, unas 200 plazas en total, cuyos propietarios apuraron hasta el último momento para retirarlos.

En el primer día de obras, los comerciantes de Vara de Rey expresaron su temor a que disminuyan las ventas durante el medio año que duren los trabajos. Clodiana, una dependienta de una tienda de ropa, auguraba «un tiempo duro» para los comercios. Aunque el paso a comercios y domicilios va a estar garantizado, Clodiana apunta a que no se sabe «en qué condiciones estará la zona». «Con polvo, ruido y la poca gente que hay en invierno, veo difícil que aguantemos abiertos este invierno», concluyó.

Yolanda, empleada de otro comercio de moda, coincidió en que el invierno será «duro» al tener que trabajar con las obras en marcha. «Esperemos que después, sin tráfico y con menos ruido, el resultado sea mejor para comerciantes y trabajadores», señaló.

Más resignado se mostró Alejandro, el propietario de una heladería del paseo, quien afirmó que, a pesar de las molestias que ocasionan las obras, el resultado final será beneficioso para los negocios de la zona. «Sin coches, las familias vendrán más porque los niños podrán jugar tranquilamente y se dará más vida a esta zona», afirmó.
Joan Murenu, propietario de Can Murenu lo tiene todavía más claro: «Estoy encantado. Nos arreglarán Vara de Rey y podremos tomarnos unos días de vacaciones. Supongo que los cambios serán buenos para los comercios», explicó.
Los vecinos, en cambio, se encuentran divididos. Por una parte, aplauden el cambio que se vivirá en la ciudad tras la peatonalización de esta parte del centro pero, por otra, hacen hincapié en uno de los principales problemas de la ciudad que, a partir de ahora, se agrava: la falta de aparcamiento.

«Se tendría que hacer hecho un parquin subterráneo en Vara de Rey y otro en el parque de la Paz», aseguró Miguel, vecino de la zona. «¿Dónde meteremos los coches? Para peatonalizar la zona primero hay que hacer aparcamientos», criticó Matías.

Pero los que peor valoración hicieron ayer de la prohibición del tráfico rodado fueron los turistas. Una pareja de Guadalajara, asiduos de la isla cada año, afirmaron que moverse por la ciudad será, a partir de ahora, «más complicado», mientras Caetano, turista italiano, se quejó por tener que aparcar lejos.

El concejal de Cultura i Patrimoni de Vila, Pep Tur, afirmó, por su parte, que no se estaban registrando problemas graves de tráfico en el primer día de trabajos, que consistieron básicamente en vallar la zona, retirar todo el mobiliario urbano de la zona del paseo y acumular los materiales necesarios para la obra.

Respecto a la posibilidad de hallazgos arqueológicos, Tur explicó que la única zona donde se perforará a mayor profundidad será la calle Avicenna. En cualquier caso, apuntó, si se encuentran restos, las prospecciones «serán rápidas» y, en principio, las obras no acumularán mucho retraso.

LA NOTA

La próxima semana comienzan las obras en la plaza del Parc

Tras el inicio de las obras en la zona central del paseo de Vara de Rey, los obreros que realizarán la obra, de la UTE Tecopsa Hermanos Parrot, comenzarán a trabajar de manera simultánea en la plaza del Parc a partir del próximo lunes, 17 de octubre. Empezarán en la calle Avicenna, por lo que las terrazas de la plaza del Parc se retirarán a finales de octubre o principios de noviembre hasta que la obra termine, en el mes de febrero.

En enero se cerrará al tráfico la calle Jaume I, a pie de muralla, y, a partir de entonces, el acceso a Dalt Vila se trasladará definitivamente a Comte de Rosselló.