El barcelonés Jaume Ródenas es el impulsor y fundador del Banco de Alimentos en las Pitiusas. Más allá de trabajar de forma incansable en la recepción de comida para entregar a entidades como Cáritas, su objetivo es concienciar en el no despilfarro y promover el voluntariado en la sociedad.

—¿Qué cantidad de alimentos son necesarios para las personas sin recursos en Ibiza?

—Deberíamos tener datos y hoy por hoy no hay datos fiables. Hemos pedido en los lugares oportunos un censo de personas necesitadas. De todas formas a estas personas no llegamos a entregarles los alimentos, sino a las entidades intermedias de reparto, en nuestro caso tenemos adscritas Cáritas, Fundación Madre y Remar, a nivel de Ibiza, y en Formentera sólo hay una pero no está adscrita.

—¿Finalmente les han cedido un espacio donde almacenar los productos y tener sede en Ibiza?

—Tenemos un espacio suficiente para lo que tenemos. Están instaladas nuestras oficinas y disponemos de la única cámara frigorífica para el servicio de la actividad social, de 40 metros cuadrados. El almacén tiene capacidad para 400 palés y esto cubre la necesidad para las dos islas. De espacio estamos bien, desgraciadamente tenemos que pagar un alquiler porque las instituciones no han podido encontrar un lugar como sí sucede en otros lugares de España. Aquí tenemos que pagar un alquiler a precio de mercado. Algunas instituciones están negociando convenios, pero ese dinero estaría mejor dedicado a otras cosas, como comprar alimentos. Es una pena que parte de ese dinero vaya a pagar un alquiler. Seguramente encontraríamos un lugar infrautilizado. A los otros 55 bancos se les ha cedido un espacio, una facultad o algo por parte del ayuntamiento. No conozco ningún otro banco que esté en nuestra situación y no creo que exista.

—¿Los partidos ‘a priori’ más comprometidos en la lucha contra la desigualdad y la pobreza, que ya están en las instituciones, están respondiendo a las expectativas o están defraudando?

—No diría que nos están defraudando. La atención es exquisita, las circunstancias son las que son y la economía manda. Están buscando soluciones pero no a la velocidad que yo querría. No puedo decir que no esté satisfecho con la atención de todos los ayuntamientos de Ibiza, los dos consells, y también el Govern balear.

—¿Las personas sin recursos cuentan con un mayor amparo por parte de los nuevos gobiernos llamados del cambio?

—No lo sé, en mi ámbito de los alimentos en el momento que el banco esté en funcionamiento al 100% van a tener más cobertura de la que tenían anteriormente. Los nuevos gobiernos se han comprometido todos a ayudar. Veo que se están dando pasos y cuando no ha sido posible conseguir otro tipo de apoyo o subvención ha sido por un fallo técnico más nuestro que de la administración. En el próximo ejercicio se va a resolver este trámite administrativo para el registro de asociaciones, que te da validez de interlocución frente a la administración.

—¿Qué volumen de alimentos han recibido hasta el momento?

—Hasta el momento hemos recibido donaciones de otros bancos de la península, de algún centro de distribución. Tenemos un carro permanentemente que recogemos cada semana lleno, donaciones de Cocacola y algún otro distribuidor con excedentes de algún producto, pero esto está arrancando. Ahora mismo tenemos unas seis toneladas de alimentos.

—¿Cuáles son los productos más demandados?

—Nos movemos en el campo de los productos básicos como legumbres, azúcar, leche, vegetal y animal, y productos de desayuno, galletas, colacao, aceite, pasta... Hubo una partida de chocolate que fue muy bien recibida. No tocamos ni admitimos bebidas alcohólicas.

—¿Es la sociedad ibicenca generosa y comprometida con los más desfavorecidos?

—Sí, la sociedad ibicenca responde en cuanto a donación de alimentos, con algún ejemplo muy bonito. Quizá no se nos conoce los suficiente... A mi me han dicho algunas personas que para esto ya está Cáritas, pero es que esos alimentos se lo suministramos nosotros. Así como Cáritas recibía determinados alimentos, ahora con el banco recibirá quizás un 50% más y más diverso.

—¿Cómo establecen la cantidad a repartir entre las asociaciones y qué volumen de alimentos esperan entregar en Ibiza por persona y año?

—Los bancos de alimentos por mandato estatutario no podemos repartir a particular, te gustará o no, pero tenemos que cumplir con ese mandato, entonces solo podemos suministrar a entidades o asociaciones de ayuda. La cantidad que entregamos tiene que ver con la cantidad de beneficiarios que tiene cada asociación, manteniendo la proporción entregamos cantidades en esa función, se mantiene un cierto orden aunque la estadística cifra en 85-90 kilos por persona y año.

—Además de la reciente iniciativa para recaudar alimentos, ¿qué otros proyectos va a impulsar este año Banco de Alimentos en Ibiza?

—Los bancos de alimentos hacemos más cosas, no solo el reparto sino una función formativa para evitar el despilfarro de alimentos. Ahí queremos trabajar, hemos establecido contacto con la conselleria d’Educació para dar charlas educativas a los alumnos. Falta concretar edades, pero es uno de los proyectos que tenemos. En el ámbito de la recogida de alimentos, este mes de octubre se está concretando una recogida en un lugar significativo de Ibiza, y hasta final de año pensamos hacer 3 o 4 operaciones de estas y queremos involucrar a la sociedad. Uno de los objetivos de los bancos de alimentos, además de disminuir el despilfarro, es promover el voluntariado y estamos haciendo acciones para que la gente entienda el concepto de solidaridad y no solo que den una cantidad de dinero, sino dedicar algo de su tiempo.

—¿Ha aumentado este año el número de personas que necesitan este tipo de ayuda o se comienza a notar la recuperación económica?

—Nosotros no tenemos indicadores que nos marquen este dato. Estamos en segunda fila, pero las opiniones que nos dan es que son contradictorias; algunas dicen que en verano al haber más trabajo hay menos demanda de alimentos, pero enseguida otros dicen que como los ingresos son bajos hay más demanda. Creo que más o menos nos movemos en los mismos niveles.

—¿Cómo surgió la idea de fundar la sede de Banco de Alimentos en Ibiza y Formentera?

—Hace cuatro años y pico cuando llegué a Ibiza, jubilado ya, tenía tiempo y alguna energía y busqué cómo la podía canalizar. No encontré respuesta, entonces me acordé que en Barcelona hay un banco de alimentos y pensé en apuntarme aquí para ayudar en la gestión. Busqué y me encontré que no había banco en la isla. Desde ese momento empecé a preguntar a políticos, Cáritas, Cruz Roja y federaciones de bancos y nadie me dijo que no pudiera funcionar, sino todo lo contrario. Fueron todo facilidades.