Fanny Tur volvió a Ibiza en 1985. Nació en la isla, pero los últimos años los había pasado en Córdoba donde había estudiado la Licenciatura en Geografía e Historia. Pronto, en 1987, comenzó a trabajar como profesora de la asignatura de Geografía Turística en la Escuela de Turismo de la que hoy recuerda, «era una escuela muy familiar y cercana. Muy competitiva porque tenía y tiene la buena fama de que sus estudiantes terminan la formación con un empleo». La asignatura que impartía Fanny Tur era «muy especial porque trataba de que los alumnos tuvieran conocimientos de geografía turística de todo el Estado, también porque tenían posibilidades de salir a ejercer fuera. Ahora está más centrado en las islas», puntualiza.

Tur recuerda que «el perfil de los alumnos de la Escuela de Turismo en aquellos años era el gente que se había criado en un entorno profesional vinculado al turismo, pues provenían de familias con negocios turísticos y la escuela les daba la formación académica imprescindible, conocimientos de idiomas importantes y la titulación».

A principios de los años 90 tuvo lugar una gran crisis, la del petróleo, que afectó a la isla porque los precios se hicieron menos competitivos. «Entonces ya se hablaba en las aulas del futuro incierto de la isla, de si se acababa el turismo o no. Y no ha sido así, casi 30 años después Ibiza se ha sabido reinventar cada vez más hacia el abismo, pero ha sabido reinventarse y renacer en cuanto al modelo turístico». Sin embargo, Fanny Tur insiste en que éste «es un modelo turístico que va hacia el abismo».

La actual responsable del Archivo Histórico de Ibiza argumenta que durante 9 temporadas estuvo trabajando en una agencia de viajes y luego llegaron sus años como profesora en la Escuela de Turismo con lo que, «conozco el sector y no estoy en contra del turismo precisamente porque creo que es nuestra industria más potente. Sin embargo, considero que se tienen que mimar cosas que no se miman en la actualidad, como el territorio. El modelo turístico se ha reinventado y eso es así, pero ahora estamos en el top-ten del camino al abismo», valora.

En aquellos años, desde su asignatura se programaban salidas al casco antiguo y al puerto de Ibiza para que los alumnos se familiarizasen con las zonas más emblemáticas y sus bares. «En concreto me vienen nombres como La Oveja Negra, La Tierra, La Nada, Can Rafal o Tirapallá. Recuerdo que eran paseos que me gustaban porque me encontré con mi ciudad en invierno. El casco histórico era un barrio que, a pesar de que ya se estaba comenzando a despoblar en los 70, todavía conservaba vida y bares que abrían en invierno».

Para Fanny Tur, lo bonito era que tanto la zona del Puerto como la Marina y Sa Penya, cuando se iba el tumulto, constituían una ciudad más para nosotros y seguía viva. «Ahora pasas del tumulto del verano a que en invierno ya está todo muerto.Entonces apreciábamos una ciudad antigua que después del verano se podía vivir. Había más bares, sobre todo en la calle La Virgen había mucha vida».

En cuanto a la masificación, la responsable del Archivo Histórico de Ibiza cree que «hace 30 años incluso había más gente en verano que ahora, estaba más masificado porque encontrar sitio en una terraza que diera al mar era muy difícil y ahora te invitan a sentarte».

En lo referente al ocio nocturno, Fanny Tur establece grandes diferencias entre la Ibiza de finales de los años 80 y la de ahora. «Era distinta y mucho más tranquila. Ibas a bares, como la Oveja Negra y te tomabas un cubalibre, que era lo que se estilaba».

También frecuentaba Tur en aquellos años una discoteca que estaba en la carretera de Sant Rafel y se llamaba Glorys. «La música también era muy diferente, bailábamos temas de Madonna o de Michael Jackson» como Like a Virgin o Billie Jean. «Y ahora habla la carroza, pero para mí esto que ponen los dj’s ahora no es música, con perdón del sacrilegio. A mi me suena toda igual y me pasa como con la música militar, que para mí no es música», explica rotunda entre bromas.

Por aquellos años, la discoteca Ku ya estaba consagrada y era un sitio algo «caro para estos estudiantes jóvenes. Íbamos para grandes eventos y celebraciones, pero estaba en la élite de las discotecas. A lo mejor asistíamos para celebrar un cumpleaños. Íbamos a escuchar música, a mirar y a ligar también, claro», confiesa riendo Fanny Tur.