Pánico y miedo, mucho miedo es lo que sintieron las personas que se vieron en la noche del viernes atrapadas en sus coches y en medio de auténticas riadas ocasionadas por las fuertes lluvias. En Vila se recogieron 45 litros por metro cuadrado y en la zona norte de Santa Eulària se produjeron las lluvias más copiosas con 97 litros por metro cuadrado. Lo peor se produjo en el barranco de Morna, donde se desbordó el torrente llevándose por delante tres coches con sus conductores dentro. Una pareja de policías locales de Santa Eulària y un agente de la Guardia Civil de Tráfico rescataron a estas tres personas.

Estos rescates, según explicaron desde el Ayuntamiento de Santa Eulària, se produjeron in extremis y entrañaron un «alto riesgo»para la vida de los agentes ya que observaban cómo una de estas personas era arrastrada por la corriente del torrente pudiendo sacarla del curso del agua arrojándose ellos mismos al caudal». Otra persona fue localizada abrazada a un árbol con el agua a la altura del cuello; los agentes pudieron subir a esta persona al techo de un todo terreno y posteriormente, la desplazaron a una zona segura. La tercera persona fue liberada del interior de un vehículo también cubierta por el agua. Una de estas personas es Lucía Marí Ferrer, que se disponía a ir trabajar en su coche cuando, en medio de la lluvia, no se dio cuenta de que había tanta agua.

«Con las luces cortas no lo vi y cuando me fui a dar cuenta ya estaba dentro del torrente. Enseguida, el agua arrastró el coche hasta el barranco. Salí del coche como pude porque el agua me llevaba. Me cogí a un árbol. La corriente desplazó a los coches y yo pensaba que me iban a chafar, pero entonces un agente de la Guardia Civil no sé cómo se tiró a salvarme; había una corriente tremenda. Este chico me sujetó un buen rato al árbol y valoró qué podíamos hacer. Él se agarró a una pared que había cercana y me ayudó a salir», relataba ayer aún con miedo en el rostro Lucía, quien se muestra muy agradecida por la actuación de este agente de la Benemérita. «Me duele todo el cuerpo», apostilló. Paco de la Cruz, gerente de Grúas Ibiza, movilizó al completo a su equipo de emergencias con 10 unidades activadas. Durante la noche del viernes recibieron 68 llamadas pidiendo auxilio: «Había multitud de vehículos parados o atascados por el agua. Muchos eran por averías que habían afectado al motor. Los coches chupan agua por la admisión a los cilindros y va al motor...lo mejor es esperar a que pase el agua», recomienda este profesional.

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Desde 1977

El alcalde de Santa Eulària se desplazó ayer por la mañana a los lugares más afectados, entre ellos, el barranco de Morna, donde los vecinos le relataron que el agua superó el metro de altura en el torrente, cubriendo incluso todo el asfalto y que no recordaban una situación de tal envergadura desde el año 1977. En Cala Martina, el torrente hizo desaparecer parte de la playa e inundó varias parcelas, mientras que en la zona de es Canar se produjeron múltiples inundaciones y numerosos vehículos se vieron dañados por alcantarillas levantadas. En la playa de Niu Blau, al menos media docena de embarcaciones que estaban amarradas se hundieron o bien fueron arrastradas a mar abierto, según informó Santa Eulària. El alcalde Vicent Marí agradeció el trabajo de la Policía Local, la brigada de Obras y los voluntarios de Protección Civil.

Marí quiso agradecer también el trabajo de la Guardia Civil, los Bomberos, la brigada de Carreteras del Consell d’Eivissa y los operarios de Eléctrica Marí y Excavaciones Riera, empresas que fueron requeridas por el Consistorio para restablecer la normalidad lo más rápido posible. El alcalde de la Villa del Río se mostró «orgulloso» de los vecinos que el viernes por la noche prestaron su ayuda utilizando sus coches para bloquear el acceso a las vías peligrosas hasta que se instalaron las vallas de protección o empleando máquinas pesadas para ayudar. El Ayuntamiento de Santa Eulària lamentó que continúen produciéndose estas situaciones de peligro ya que, pese a que las fuertes lluvias son «difícilmente previsibles y ninguna infraestructura está plenamente preparada para soportarlas, la falta de inversión en la limpieza de torrentes o su limpieza avanzada en época de lluvias generan situaciones potencialmente peligrosas para las personas», explicaron desde el Consistorio.

Tanto Santa Eulària como el Consell d’Eivissa piden precaución en la carretera ya que no descartan que se produzcan más desprendimientos, además de que los torrentes siguen llevando agua. La máxima institución insular movilizó a seis operarios de Xarxa Viària, cuatro vehículos y una pala mecánica que estuvieron trabajando hasta las cuatro de la mañana.