Los problemas de comportamiento que implican conductas agresivas se asocian más con la especie canina que con la felina. Sin embargo, los problemas de agresividad felina pueden suponer un importante problema de convivencia con el gato e incluso un problema de salud pública al poder producir lesiones en uno de estos ataques agresivos. La mayor parte de los problemas de agresividad de los gatos son hacia otros gatos y solo un 30% pueden ser dirigidos hacia los humanos. La agresividad entre gatos se produce mayormente cuando varios gatos conviven en un espacio pequeño y deben compartir el espacio, la comida, la arena sanitaria o en el exterior en cuanto entrar en conflicto por el espacio que ocupan. Los gatos son animales muy territoriales y cuando aparecen individuos nuevos en este territorio se generan los conflictos. En el caso de la agresividad a humanos la mayoría de las veces se produce en gatos con propietario, en el ámbito de una casa, y dirigido a miembros de la propia familia.

Las causas que pueden provocar un comportamiento agresivo en un gato son variadas: agresividad por enfermedad, por miedo, por juego, agresividad predadora, agresividad redirigida, agresividad territorial, agresividad maternal, etc.

1- Agresividad por enfermedad: Determinadas enfermedades como las infecciones por virus de la rabia o de la inmunodeficiencia felina (FIV), pueden provocar cuadros de inflamación del sistema nervioso central que produzca cuadros de agresividad. Procesos dolorosos como mordeduras, traumatismos, artrosis pueden provocar agresividad porque el gato siente dolor y no quiere que le manipulen. Problemas hormonales como el hipertiroidismo pueden provocar hiperactividad y agresividad, enfermedades hepáticas en fases terminales, cualquier proceso que afecte al cerebro como tumores, meningoencefalitis, infartos e incluso epilepsia puede provocar un cuadro Por todo esto si nuestro gato cambia de carácter de manera brusca hemos de llevarlo al veterinario.

2- La agresividad por miedo es aquella que muestra típicamente un gato que desea escapar de una situación pero le es imposible. Cuando se siente acorralado o cuando intentamos castigarlo porque ha hecho algo hemos de recordar que con el gato no funcionan los castigos, mejor dicho, con ningún animal deben emplearse los castigos como método de educación.

3- Algunas conductas del gato que son interpretadas por el propietario como agresivas constituyen en realidad conductas de Algunos gatos que han sido mal socializados, que viven solos en un piso o en una casa, pueden desarrollar comportamientos de juego muy bruscos y violentos pudiendo llegar a producir lesiones a sus propietarios o a otros animales. En estos casos se debe de evitar jugar con el gato o acariciar al gato o intentar sujetar al gato cuando este esta excitado y se deben de potenciar los comportamientos o juegos de «caza», lanzando pequeñas pelotitas o ratoncitos de juguete para que los persiga o con las luces de los punteros láser o con las plumas sujetas a una cuerda o cañita. Todo esto contribuye a que el gato juegue, se ejercite y evitamos que ataque al dueño. Debemos de recordar que los animales tienen su temperamento y algunos les gusta que los acaricien y los estrujen y otros lo odian.

4- La conducta de predación es una conducta instintiva que consiste en perseguir y dar caza a una presa. En animales con un instinto predador alto y que viven en un medio ambiente con falta de estímulos de caza puede intentar atacar los objetos móviles rápidos, incluyendo los tobillos y las manos humanas. Cuando la persona atacada responde con un grito agudo por dolor, la respuesta de caza puede estimularse aun más y el gato aumentar sus manifestaciones.

5- La agresividad redirigida es un tipo poco frecuente pero curiosa y por eso la Es aquella en la que el gato se comporta agresivamente hacia un blanco irrelevante pe- ro accesible y el estimulo desencadenante es inaccesible o ya no esta disponible. Por ejemplo un gato descansando en un sofá en casa de repente se asusta porque oye un ruido o percibe un animal en el exterior de la casa y dirige su agresividad hacia el propietario , un niño o el perro de casa. Sería algo así como estar de mala leche y pagarla con el que está más cerca.

6- La agresividad maternal hace referencia a la conducta agresiva dirigida hacia personas o animales que se acerquen a la gata que acaba de parir o que esta en pseudogestación.

7- Y por último, la agresividad territorial. Es aquella que ocurre cuando un individuo llega a un territorio ocupado por otros gatos, se produce una defensa de los recursos que hay en este espacio, comida, agua, sitio de descanso, territorio de caza. Se da con frecuencia hacia gatos desconocidos, puede manifestarse tanto en machos como en hembras. Cuando los recursos son abundantes, como por ejemplo si hay pocos gatos y abundante comida los gatos se suelen tolerar pero cuando en ese territorio aumenta el numero de gatos significativamente esta agresividad aumenta. Los gatos que se muestran agresivos hacia otros gatos, no son necesariamente agresivos hacia las personas, pero un gato territorial puede ocasionalmente atacar a un propietario que ha tocado recientemente a otro gato.

El tratamiento de estos problemas es complejo. Debemos saber identificar cual es la causa que produce el comportamiento agresivo y acudir a nuestro veterinario para que nos explique algunas pautas de modificación de conducta para aplicar, en caso de juego violento o de actividades predatorias o el uso de feromonas apaciguadoras en la casa para disminuir las disputas territoriales, o acudir al veterinario si sospechamos que nuestro gato tiene alguna enfermedad ya que tratándola la mayoría de las veces se acaba con la agresividad.