«Estamos muy afectados. Ayer por la tarde, la mujer tuvo que ser trasladada al centro de salud. Sufrió un ataque de ansiedad. Ella y las niñas han sufrido mucho, y Abdelkrim ya no podrá volver a la mezquita. Esto nos va a cambiar la vida». Son palabras de Amina, una familiar del imán de la mezquita de Sant Antoni detenido el martes junto a su auxiliar, Jalal.

Las detenciones de Abdelkrim el Merabet y Jalal Rockxy eran ayer el tema central de la mayoría de conversaciones en bares y locales de ses Variades. 24 horas después del espectacular despliegue policial, apenas quedaba rastro del operativo. El único indicio era una puerta semiabierta en el piso del número 7 de la Travesía del Mar donde la madrugada del martes irrumpieron los agentes después de reventarla.

En las calles Cervantes y Estrella se forman pequeños corros de vecinos que comentan lo sucedido. En uno de ellos está Amina, que viene de recoger unos medicamentos. La familia confía en «que todo sea un error», aunque también entiende que Abdelkrim ya no podrá retomar su labor como imán de la mezquita de Maslid al Fath. El Merabet cobraba unos 900 euros al mes por ejercer como pastor. «Tiene una mujer y dos hijas por lo que tendrá que trabajar. Abdelkrim estudió peluquería, igual tiene ahí su futuro», indicó.

El imán de la mezquita de Sant Antoni está acusado de enaltecimiento, adoctrinamiento y apología del Daesh. La Guardia Civil no le había perdido el rastro desde que fuera detenido en 2010 por pegar con una vara a una docena de menores. Aquel caso fue archivado pero sus movimientos en las redes sociales reactivaron las alarmas, especialmente desde hace dos años.

En el perfil de Facebook de Abdelkrim son frecuentes los vídeos con tendencias violentas y referencias al yihadismo, una tendencia que, según las investigaciones, se intensificó en los dos últimos años, poniendo en alerta a los expertos de la lucha antiterrorista. «Utilizaba su perfil como plataforma para difundir propaganda del Daesh», señalaron fuentes de la investigación.

Por su parte, Jalal Rockxy, ejercía de auxiliar y atendía la mezquita en ausencia de Abdelkrim. Los vecinos apuntan que era un joven «serio y extraño». Ayer, los familiares buscaban un abogado que aborde la defensa de las graves acusaciones que le imputan.

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Las investigaciones apuntan que los arrestados usaban su posición como pastores de la mezquita para «ejercer su influencia entre los integrantes de la comunidad musulmana de la isla, especialmente entre los menores».
Los dos detenidos declararán mañana ante el juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco.

LA NOTA

La comunidad musulmana hace un llamamiento a la convivencia pacífica

La comunidad musulmana de las Pitiusas hizo un llamamiento ayer para que no se condene a todos los musulmanes por un hecho “aislado”. El portavoz de los musulmanes en las Pitiusas, Salahuddin Costa, realizó la petición a través de un escrito consensuado entre los musulmanes de Ibiza y Formentera.

En el comunicado condenan “el terrorismo en todas sus formas” y piden que no se condene a toda la comunidad por lo que consideran “un hecho grave, pero aislado”. En el comunicado también indican su creencia en “la convivencia pacífica y respetuosa” y subrayan que “el grado de integración que disfrutamos en estas tierras da fe de ello”.

Por su parte, el director insular de la Administración del Estado en las Pitiusas, Roger Sales, hizo un llamamiento a la tranquilidad ya que “la seguridad está plenamente garantizada en la isla por el gran trabajo que realizan a diario las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”. Sales apuntó que el martes fue la fase de explotación de la operación, “pero detrás hay meses ya años de investigación que permiten mantener que la isla es segura”.

Anoche, una veintena de personas se concentraron en defensa de la inocencia de los detenidos.