Los cementerios de la isla se llenan estos días de vida, color y sentimiento con la celebración de Tots Sants y del Día de los Fieles Difuntos, festividades que, según el calendario litúrgico de la Iglesia Católica, recuerda a todas las personas que se han salvado y están en el Paraíso, gozando de Dios. En el municipio de Vila, centenares de familias rindieron un tributo personal a sus seres queridos en los cementerios Vell y Nou, que lucieron sus mejores galas para unas fechas marcadas en rojo en el calendario de aquellas familias que tienen a alguien cercano muy presente en sus pensamientos.

El buen tiempo contribuyó a la notable afluencia de gente. En el camposanto de ses Figueretes el goteo de personas fue constante, a pesar de que las misas que ayudarán en la oración de los creyentes se celebrarán durante la jornada de hoy. En concreto, en el cementerio viejo de Vila tendrán lugar cuatro misas por la mañana y otra más a las cinco de la tarde.

«Normalmente ponemos 100 sillas y se suelen llenar a media mañana, con gente de pie y todo», indica José Luis, uno de los funcionarios municipales del cementerio.

Muchas de las personas que entre ayer y hoy honran a sus seres queridos han acudido días antes para preparar, limpiar y adecentar los nichos y capillas, llenándolas de flores, color y vida para demostrar que sus difuntos siguen muy presentes en sus corazones.

Como apuntan los trabajadores del camposanto de Vila, el buen tiempo y el puente han permitido ver una gran afluencia de gente en los días previos a Tots Sants y algunas de las costumbres más arraigadas van evolucionando. «La gente va y viene, otros años se quedaba más rato, como más de visita, y este año parece que están entrando y saliendo más rápido», sostiene José Luis, quien no obstante apunta que a primera hora de la mañana «había gente esperando» a que abrieran las puertas.

Principalmente se observa gente mayor, aunque también acuden hijos y nietos a compartir los sentimientos que afloran en torno a nichos y capillas. José Luis lleva 15 años en el camposanto de ses Figueretes y aunque asegura que la tradición «se mantiene», observa que los familiares acuden días antes «para quitarse el jaleo» y luego venir el día 1 a dar «un paseo tranquilo, entrando y saliendo» del panteón mientras saludan a otros vecinos en su misma situación. «Esto era un punto de encuentro de gente que no se veía en meses, se quedaban hablando, y ahora se hace un poco menos», apostilla el funcionario del ayuntamiento.

Como principal novedad, este año se ha restaurado la capilla que en 2015 estuvo cerrada por reformas, lo que había causado malestar entre los asistentes. «Está arreglada, la gente puede poner sus velitas y parecen contentos», confiesa José Luis, a quien se aproximan de vez en cuando personas mayores para pedirle ayuda para abrir nichos o colocar flores en las zonas menos accesibles.

Esta tarde a las 19,30 horas el Obispado de Ibiza oficiará una misa en la parroquia de Santa Cruz en memoria de todos los difuntos de la isla, que contará con la participación del coro de la iglesia. Por la mañana tendrán lugar cuatro misas en el cementerio viejo entre las 09,30 y las 13,00 horas; y dos más a las cinco de la tarde, una de ellas en el cementerio nuevo. En colaboración con Pomas Fúnebres, también se oficiarán misas en el cementerio de Sant Antoni (10h), el cementerio de Sant Josep (11h) y la iglesia de Sant Joan (12h).

LA NOTA

Clausuran un panteón tras hundirse la trampilla

Los trabajadores del cementerio viejo de Vila clausuraron un panteón familiar después de que una mujer se cayera, sin mayores consecuencias, al hundirse la trampilla que conduce a la cripta. La propia familia es la encargada de reparar el desperfecto.

«Gracias a Dios no ha pasado nada pero la hemos tenido que clausurar para que no entre nadie y evitar posibles accidentes», indicó un operario.