El conseller presentó los presupuestos y la aportación económica para la UIB.

La comunidad educativa ha expresado su malestar por el presupuesto que se destina a la Conselleria d’Educació para 2017. Tanto la FAPA como el sindicato Alternativa Docent tachan de insuficiente el presupuesto y se sienten decepcionados por estas cuentas. «Estamos decepcionados por unas decisiones políticas que están muy lejos de los compromisos adquiridos por los partidos que han participado en la elección de los presupuestos», dijo ayer la presidenta de la FAPA, Pepita Costa, que se desplazó a Palma para asistir al pleno del Consell Escolar Balear en el que el conseller d’Educació, Martí March, presentó los presupuestos. Costa recordó que hay muchas carencias educativas en Ibiza: «Faltan centros, hay reformas pendientes, faltan profesionales para la atención a la diversidad. No se puede llevar a cabo un plan de innovación en los centros escolares porque no hay recursos», dijo Costa. Sus críticas no se limitaron al gobierno autonómico sino también a la administración central. «En Balears se está generando mucha riqueza y no repercute en los servicios públicos pero es culpa de la administración central; la financiación autonómica nos causa un grave perjuicio».

La Conselleria d’Educació tendrá unos gastos previstos de 882,5 millones de euros, 65,3 más que el presupuesto de 2016, aunque el peso total porcentual de educación dentro del presupuesto total baja al 18,89% frente al 19,37% de 2015. «Esta partida presupuestaria sigue estando por debajo de lo solicitado por la comunidad educativa, mil millones de euros, por lo que valoramos los presupuestos para educación como decepcionantes e insuficientes», dijo Llanos Calvo, de Sindicat Alternativa.

En su opinión, las propuestas de mejoras en infraestructuras, atención a la diversidad, la contratación de personal para cubrir las necesidades por el aumento de alumno «no estarán bien atendidas debido al estrecho margen presupuestario respecto al curso anterior». También aluden al PP que en el Parlament reclama que se dediquen 1.300 millones de euros cuando «en la anterior legislatura no hizo nada para mejorar el sistema educativo, más bien todo lo contrario».