La Asociación de Vecinos del Eixample Nou, presidida por Riera, está en contra de la ubicación del albergue en su barrio. | Toni Escobar

El proyecto del futuro albergue municipal para gente con problemas de vivienda ha levantado una auténtica polvareda entre los vecinos de los barrios de es Llimoners, es Palmer, sa Colomina, Can Bellet y sa Real, que han decidido unirse y crear una nueva asociación vecinal para evitar que el centro se ubique cerca de sus casas y comercios, en el antiguo retén de la Policía Local, en la calle Vicente Serra i Orvay de Vila.

—¿Cómo nace la idea de crear esta asociación?
—La idea nace un poco de rebote. Ya nos habíamos dado cuenta de que el barrio no estaba en las mejores condiciones posibles pero nadie se quejaba seriamente. Cuando nos enteramos de que se iba a hacer el albergue decidimos hacer una asociación para tener un poco más de fuerza y dar nuestra opinión.

—¿Esta asociación se hubiera constituido si no llega a ser por el albergue?
—Probablemente sí que se hubiera creado pero no con esta premura. En cualquier caso, creemos que se ha dado una opinión totalmente errónea de nosotros. Se nos ha puesto la etiqueta de insolidarios y queremos quitárnosla de encima. Nosotros no estamos en contra del albergue sino de la ubicación que se ha elegido, no lo queremos delante de nuestros portales o nuestros comercios. Creemos que si nos ponen el albergue en nuestro barrio no traerá abundancia económica sino todo lo contrario.

—¿No les convencen los argumentos que da el Ayuntamiento para instalar el albergue en la ciudad?
—Nos da la impresión de que se nos ha mentido en la cara. No tenemos claro cuál será el proyecto final. Nos han dicho que el albergue solo sería para cuatro familias que se han quedado sin casa y sin trabajo y, si fuera así, no pondríamos pegas. Luego nos dijeron que los usuarios serían gente de Ibiza porque no los querían desarraigar y ahora resulta que quieren introducir a gente de otros municipios. También aseguran que hay un perfil establecido de los usuarios pero al mismo tiempo dicen que podría haber alguna excepción. En el otro albergue se han producido algunas situaciones de gente a la que no han dejado entrar porque iban muy pasados de copas, por lo que creemos que esa gente traerá problemas también a nuestro barrio.

—¿Dónde deben ir entonces las personas que pierden sus casas y no tienen un techo donde dormir?
—Creemos que la alternativa podrían ser pisos lanzadera del Ayuntamiento para las familias que tienen problema para pagar una vivienda. No un albergue con 30 plazas en el que cada uno tiene que estar en una litera diferente.

—¿Creen que lo mejor sería unificar el albergue con el centro de baja exigencia en el polígono de es Gorg?
—Sería una muy buena opción para integrar a esas personas en la sociedad. No los enviaríamos a un polígono industrial en la periferia. Es Gorg está a diez minutos caminando del centro de Vila.

—¿Cuál es la máxima preocupación de los vecinos y comerciantes de la zona?
—Hay muchos padres muy preocupados porque piensan que no podrán dejar a los niños ir solos al colegio. Los comerciantes tampoco están muy contentos porque daría muy mala imagen tener a gente durmiendo en las calles y en los portales.

—¿Pedirán al alcalde una consulta popular para preguntar a los vecinos si quieren o no un centro de estas características en el barrio?
—Nos gustaría que se hiciera una consulta para dar nuestra opinión porque no nos han preguntado nada. Se nos reunió en el Cetis para informarnos de un día para otro y hubo mucha gente que se enteró media hora antes de la reunión.

—Dejando el albergue aparte, ¿cuáles son las principales necesidades de estos barrios?
—Tenemos varios problemas que necesitan solución, como el de las ratas que hay en el bulevar, un lugar donde los niños vienen a jugar. Por otra parte, tenemos los contenedores más antiguos de toda Ibiza. También tenemos problemas de falta de alumbrado y cuando se hace de noche el barrio se queda muerto y oscuro.