Hace treinta años, Gonzalo González, propietario de la pastelería La Canela, puso a la venta 30 roscones de reyes. Tres décadas después, de su obrador salen un total de 3.000 roscones. El 10 de diciembre de 1986, el pastelero abrió su negocio en la isla y, con él, trajo de la mano los tradicionales roscones. «En ese momento en Ibiza no se llevaba el roscón. Aun así, me atreví y me fue bien. Cada año hemos ido a más y a más. El efecto mediático ayudó a que la gente se subiera al carro del roscón», aseguró González, responsable de empezar a comercializar este dulce en la isla de Ibiza.

Con aroma a azahar

Con el doble de plantilla, en tienda y obrador, tal día como hoy, 5 de enero, «es el día del año que más trabajamos». La treintena de personas que preparan y atienden, se mueven sin parar ni un momento, para satisfacer a una clientela que desea degustar, en cualquiera de sus versiones, el dulce protagonista de la mesa en todo 6 de enero y en la víspera de Reyes. Lo tienen en tamaño pequeño, mediano y grande, con relleno de nata, crema, trufa, sin nada o con todo, y es que «hay gente que pide que le hagamos medio de cada, o con los tres rellenos, y así prueban un poco de todo», explicó González.

Al entrar en el obrador, huele a azahar, «que es el toque del roscón», explican. Elaborados con ingredientes «de primera calidad», la masa, hecha con harina de gran fuerza, mantequilla, huevo, azúcar y leche, se aromatiza con ralladura de limón y de naranja «de la casa», y con agua de azahar y un vasito de ron. Gonzalo González, explicó el proceso de elaboración, que empezó a finales de año, el de fermentación, cocción y, finalmente, el de decoración con frutas «simulando una corona» y de relleno. «Adornamos con frutas rojas, verdes, azúcar y almendra, para darle un buen toque. Tenemos los colores de una corona real».

Sobre habas y reyes

Sobre el origen del roscón de reyes hay mucho escrito. Dicen que está relacionado con Las Saturnales Romanas o «fiestas de esclavos», en las que el pueblo romano celebraba el inicio de los días más largos tras el solsticio de invierno. Más tarde, se introdujo el haba y, ya en el siglo XVIII, cuenta la leyenda que un cocinero con la intención de sorprender a un joven Luis XV introdujo una moneda de oro en el roscón. A partir de ese momento la moneda se convirtió en la sorpresa estrella, y el haba en la que nadie deseaba encontrar en su porción.

Y es que, tal y como nos recordó Fernando Escobar, uno de los ayudantes de la pastelería La Canela, «a quien le toca el haba le toca pagar, dice la tradición». Si te sale el haba, además de pagar el postre, como dice la tradición, será nombrado como el ‘tonto del haba’, origen de ‘tontolaba’.

EL PASO A PASO

1-El primer paso para elaborar un roscón es hacer la masa, con harina de gran fuerza, mantequilla, huevo, azúcar, leche y ralladura de limón y naranja. Se aromatiza con agua de azahar y ron. La masa debe fermentar durante dos horas.

2-Todos los roscones llevan en su interior un haba y un rey. En La Canela, además, los roscones medianos llevan otra sorpresa más, y los grandes, dos. A los habituales, se suman figuritas de Spiderman o Mickey Mouse, entre otros.

3-El aspecto de corona de este roscón de reyes se debe a su decoración. Una vez horneado, se decora con frutas confitadas de color verde y rojo, con almendras y azúcar, con la intención de simular esta pieza real.

4-Con el roscón decorado, toca el momento de meterlo en el horno. La masa necesita un tiempo de cocción de 25 minutos. En La Canela, los hornos y el personal, no descansan en estas fechas, las de más ventas del año.

5-El proceso de rellenar el roscón de reyes, cerrarlo y decorarlo con una corona, el el último paso antes de salir a la venta. Los rellenos habituales son nata, trufa y crema. También se pueden combinar dos o tres rellenos.

6- Sólo hay que ver el resultado final para saber por qué este tradicional dulce de reyes es tan aclamado. De los 3.000 roscones que saldrán este año La Canela, un tercio corresponden a pedidos.