En Cala de Bou hay una sensación de que el tiempo se ha detenido. El bullicio de los miles de turistas que se concentran aquí en verano da paso en invierno a un aspecto fantasmal al que contribuye la gran cantidad de comercios que bajan la persiana nada más acabar la temporada turística.

A esta sensación de estar en una ciudad abandonada, se une la larga lista de problemas que cada año que pasa se hace más larga. Edificios inacabados, tuberías al descubierto en una costa maltratada por un urbanismo salvaje y una falta de infraestructuras que padecen los más de 8.000 vecinos que viven en la zona durante todo el año.

«Esto en el Bronx», exclama uno de los residentes lamentando la «dejadez absoluta» que hay en la zona. Una de las máximas reivindicaciones de los habitantes de Cala de Bou es la construcción de instalaciones culturales y, sobre todo, deportivas, ya que ahora se ven obligados a trasladarse a Sant Agustí para la realizar la práctica de algunos deportes.
La explicación que da el Ayuntamiento de Sant Josep en este sentido es que no disponen de terrenos municipales por la «falta de coherencia» de las políticas urbanísticas hasta el momento. Por este motivo, según explicó el concejal de Urbanismo de Sant Josep, Ángel Luis Guerrero, el Ayuntamiento está buscando nuevos terrenos para la construcción de algunos proyectos como un parque infantil o nuevas oficinas municipales.

Moles de hormigón paradas

Mientras tanto, entre el paisaje urbano de Cala de Bou destacan por encima del resto dos edificios cuya construcción se paralizó hace años. Moles de hormigón que se comenzaron a levantar al calor de la burbuja inmobiliaria y que la crisis económica posterior no permitió tirar adelante.

Una de las obras inacabadas que más daña la imagen de la zona es el edificio polivalente de es Caló de s’Oli, un auditorio que se empezó a construir en el año 2013 y cuyas obras debían de durar inicialmente diez meses. Sin embargo, la mala situación de la empresa constructora hizo que no se pudieran terminar las obras.

El Ayuntamiento de Sant Josep sigue en estos momentos inmerso en los interminables y de momento infructuosos trámites para poder acabar el auditorio que, con un presupuesto de 2,9 millones, pretendía albergar tres salas polivalentes, un auditorio interior y un anfiteatro exterior. De todo eso ahora solo queda una estructura de hormigón y hierro que, tres años después de que las obras se pararan, está padeciendo las consecuencias del paso del tiempo. A escasos metros de la playa, este eterno edificio en obras ofrece una mala imagen para los miles de turistas que visitan Cala de Bou cada año. El solar donde se encuentra el edificio también está descuidado y presenta restos de palmeras afectadas por el picudo que ocupan buena parte de los terrenos.

Tampoco ayuda a mejorar la imagen de Cala de Bou otro edificio abandonado en la calle de es Caló, un proyecto de hotel que se empezó a construir en 2007 pero que, un año después, la empresa constructora también tuvo que abandonar a su suerte por no contar con suficiente financiación para seguir adelante con los trabajos.

Uno de los vecinos de la zona recuerda que Cala de Bou era, hace años, «la crème de la crème» pero que, en los últimos tiempos, ha sufrido una progresiva degradación que les ha convertido en uno de los lugares más olvidados y con mayores carencias de la isla.

LA NOTA

Las deseadas marquesinas en las paradas de autobús

El Ayuntamiento de Sant Josep acaba de instalar hace solo unos días marquesinas en las paradas de autobuses de la avenida de Sant Agustí.

Esta era una carencia muy demandada por los vecinos, que tenían que esperar al autobús bajo el sol y la lluvia.

La instalación de las paradas ha supuesto una inversión de unos 98.000 euros, que se une al proyecto de alcantarillado y pavimentación de la calle Ourense y transversales con un presupuesto de casi 200.000 euros, además de otras mejoras a diferentes calles de Cala de Bou.

LA NOTA

El laberinto administrativo para desatascar las obras paralizadas

El Ayuntamiento de Sant Josep ha iniciado los trámites para resolver el complicado laberinto administrativo en el que se encuentran las dos grandes obras paralizadas de la zona de Cala de Bou: el Auditori y el hotel inacabado.

El Consistorio ha cambiado el proyecto de construcción del Auditori porque, según explicó el concejal de Urbanismo de Sant Josep, Ángel Luis Guerrero, era «inviable». El nuevo proyecto planea hacer un edificio más pequeño que en estos momentos se encuentra ya en plena licitación, por lo que Sant Josep calcula que en los próximos meses se acabarán las obras y el auditorio podrá estar inaugurado este mismo 2017.

Respecto a la estructura del hotel, cuyas obras empezaron en 2007 y se paralizaron el año siguiente como consecuencia de la situación financiera de la empresa afectada por la crisis económica, el Ayuntamiento ha iniciado los trámites para obtener la caducidad de la licencia de obras. El objetivo es que la estructura del edificio se tumbe o que se haga un nuevo proyecto más integrado en el entorno.