Por primera vez, seis maestros artesanos de las asociaciones culturales Sant Antoni de Portmany, Es Retorn y Colla de sa Bodega acudieron a Fitur para mostrar sus trabajos a los visitantes de la feria desde el estand de Ibiza. La iniciativa resultó todo un éxito. A pesar de tratarse del último día de feria para profesionales, una jornada donde baja la asistencia antes de que el Ifema abra hoy y mañana sus puertas al público general, las muestras de la artesanía pagesa captaron la atención de multitud de personas. Los materiales que emplean los maestros artesanos y sus trajes y mantones tradicionales despertaron la curiosidad de muchos asistentes, incrédulos al comprobar que Ibiza, en efecto, es mucho más que fiesta, lujo, sol y playa.

Como es habitual, sobre todo lejos de las fronteras pitiusas, los artesanos ibicencos tuvieron que dar todo tipo de explicaciones y detalles sobre la elaboración de productos tradicionales como los senallons, las espardenyes o los capells de floc. Durante toda la jornada, José Miguel Moreno, Cristina Ferrer, María Costa, Isabel Prat, Pedro Marí y Juan Marí demostraron en directo sus trabajos manuales con esparto crudo y tratado. Los sombreros hechos de palma y forrados «con un producto natural y que las pagesas guardan en secreto», precisó Moreno, presidente de la asociación de Sant Antoni, gustaron tanto como los tambores y flaütes hechas a mano, las castañuelas pagesas, más grandes de lo normal, o las nuevas espardenyes con cuña, confeccionadas con esparto y pita. Los cestos realizados con olivo ‘borde’ y caña, en lugar del tradicional mimbre, fueron otros de los productos manufacturados en directo más ojeados por los visitantes.

Al tiempo, la delegación de Ibiza ofreció a media tarde orelletes y chupitos de hierbas ibicencas de la familia Aniseta para hacer confluir artesanía y gastronomía local como productos típicos con los que desterrar la imagen de excesos que tanto daña a la isla.

Hoy prosiguen las actividades y las presentaciones en el expositor de Ibiza en Fitur para promocionar la vertiente cultural y patrimonial de una isla que pretende abrirse al público los 365 días del año.