Pasaban las 2 de la madrugada cuando los vecinos del edificio Ali bey sentían un gran estruendo. Era el sonido de uno de los numerosos rayos o el trueno que le sucedió en medio de la tempestad. Un rayo que reventó parte de la fachada del edificio. Un impacto que también quemó un cuadro eléctrico del número 33 de la calle Cervantes de Sant Antoni.
Ayer por la mañana, con la luz del día, los vecinos comprobaron el alcance de los daños. La entrada y los bajos del edificio estaban llenos de los cascotes desprendidos por el impacto. Agentes de la Policía Local precintaron la zona y la inspectora de actividades municipal revisó el estado del edificio, según informaron fuentes municipales. La técnico determinó que no hay daños que afecten a la estructura del inmueble, pero solicitó que se ampliase el vallado y señallización de la zona como medida de precaución ante posibles caídas de cascotes.
Este fue uno de los incidentes más graves causados por el temporal que también dejó bajos, caminos y solares inundados.
Santa Eulària fue otro municipio especialmente damnificado por el temporal. Allí, otro rayo provocó un conato de fuego al impactar contra un árbol en la zona de Atzaró. Según informaron fuentes municipales, un vecino alertó del suceso y también advirtió que la llama se había extinguido con la lluvia.
Cortes de luz
El temporal también está detrás de los cortes en el suministro eléctrico sufrido en varios núcleos urbanos. De madrugada en Jesús y ayer a mediodía en Sant Joan. Problemas similares en Formentera. Trescientos usuarios de Sant Ferran y es Pujols se quedaron sin servicio durante tres horas.
Las conexiones marítimas con la Península quedaron suspendidas. La última que llegaba desde Barcelona lo hizo con dos horas de retraso después de una viaje marcado por el temporal. La jornada fue especialmente intensa para bomberos, policías locales, Guardia Civil, emergencias y voluntarios de Protección Civil, que se tuvieron que multiplicar para atender las diferentes incidencias que iban surgiendo por un temporal que, de momento, no abandona las Pitiusas e invita a quedarse en casa.