Uno de los técnicos que ha visitado la travesía de Jesús, a la altura de los primeros comercios afectados. Foto: D. ESPINOSA

Los vecinos de Jesús y sus comerciantes han perdido bienestar y calidad de vida en los últimos años. Desde hace tres ejercicios se hallan inmersos en una especie de pesadilla de la que continúan sin poder despertar por culpa de sucesivas y molestas obras: Red Eléctrica, alcantarillado, asfaltado de calles y, finalmente, reforma de la travesía que cruza de norte a sur el núcleo urbano amenazan la tranquilidad y el bolsillo de sus habitantes.

Los vecinos han tenido que acomodar sus vidas a las zanjas y los ruidos provocados por la maquinaria pesada, pero son los comerciantes del pueblo y, en particular, los de la primera línea de la travesía quienes más se han visto perjudicados en estos últimos años.

El retraso en la ejecución de las obras y las deficiencias que presenta el principal acceso a Jesús han provocado que el pequeño comercio haya perdido a buena parte de la clientela procedente de otros puntos de la isla. El presidente de la Asociación de Vecinos de Jesús, Jürgen Bushe, recuerda que antes del mencionado rosario de obras «venía mucha gente de fuera a comprar a Jesús, pero con esta carretera y las pérdidas de tiempo ya no vienen más». Los afectados por las obras crearon en mayo del año pasado una asociación para reclamar a la administración una compensación por las pérdidas, pero según Bushe a día de hoy ni siquiera han percibido los 10.000 euros en ayudas extraordinarias que estableció en verano el Ayuntamiento de Santa Eulària.

Mientras tanto, la localidad sigue perdiendo actividad comercial. «La gente que vive más lejos está harta y no vuelven, es una pérdida de clientes de muchos negocios y a largo plazo», subraya el empresario de origen alemán, quien ni siquiera en su idioma encuentra calificativos para definir la ‘chapuza’ que se ha cometido en la entrada del pueblo. «La anterior carretera era mejor para todos y nadie entiende lo que han hecho», resume.

Bushe, como la mayoría de vecinos, no entiende que una obra de 800 metros, que contaba con un plazo de ejecución de 45 días, lleve 14 meses en marcha para acabar «con un certificado de incapacidad».

Reparto de culpas

El portavoz vecinal reconoce que los problemas con esta carretera se remontan a la pasada legislatura, cuando se aprobó un proyecto «que comenzaba la casa por el tejado». «Cuando nos presentaron los planos teníamos dudas de que empezaran primero con esta carretera en lugar de hacer primero la variante para evitar el tráfico pesado pasando por el centro de Jesús», recuerda Bushe. Tras multitud de reuniones y de advertencias, dieron luz verde al proyecto.

«Ahora la carretera es más estrecha y tenemos muchos problemas. Posiblemente los planos no estaban bien hechos, pero este gobierno es el que ha ejecutado la obra y tenían que controlar lo que pasa. Según nosotros, no lo han hecho bien», precisa el representante de los vecinos de Jesús, quien confiesa estar «harto» de reunirse con responsables del Consell «porque hay mucho bla, bla, bla y no vale de nada, es tiempo perdido». Ahora, solo pide «que arreglen» la carretera «lo antes posible y que se dejen de excusas».