Los almendros en flor del Pla de Corona son el mayor espectáculo natural que se puede disfrutar en invierno en las Pitiusas. Sin embargo, la avanzada edad de estos árboles frutales pone en peligro una de las panorámicas más emblemáticas y fotografiadas de la isla durante esta época del año.

La gran sequía de los últimos tres años, con precipitaciones escasas entre los meses de febrero y septiembre, ha provocado que la producción de los cultivos de secano de la isla (cereales, almendros, algarrobos, higueras, olivo y vid), que ocupan la mayor parte de la superficie agraria de Ibiza, se haya visto limitada, apuntan desde el departamento de Agricultura del Consell d’Eivissa. Además, los almendros, algarrobos y olivos han sufrido especialmente esta situación de falta de lluvias debido a su envejecimiento, «al límite de su vida productiva», y prácticamente sin cuidados excepto algún labrado periódico. Esta debilidad también ha favorecido la aparición de enfermedades fúngicas (relacionadas con los hongos) que los ha ido secando.

Desde la máxima institución insular explican que la reducción en la producción ha sido brutal. Durante la primera década del siglo XXI la cosecha de la Cooperativa de Sant Antoni, uno de los principales compradores de frutos secos de la isla, estaba en 600.000 toneladas de algarrobas y entre 60 y 70 toneladas de almendras, mientras que en 2015 ésta se redujo a 245 y 21 toneladas, respectivamente. Una cosecha que el pasado año todavía tuvo peores cifras, con 80 toneladas de algarrobas y sólo nueve de almendras. «En 2016 la floración del almendro fue normal, pero la escasez de lluvias durante la campaña provocó que el fruto no cuajase de forma que la producción de algarroba y almendra, árboles que son muy resistentes a las condiciones mediterráneas, hayan sido muy reducidas», señalan los técnicos de Agricultura del Consell d’Eivissa.

A pesar de que este año los almendros han vuelto a florecer cuando suele ser habitual (entre finales de enero y principios de febrero), desde el Consell avisan que la intensidad de floración disminuye año tras año por la progresiva debilitación de los almendros envejecidos, por lo que «las flores que ahora que ven son un último canto del cisne antes de desaparecer».

Plan piloto

Desde la máxima institución insular destacaron que está proyectado la creación de nuevas plantaciones piloto en el Pla de Corona «para recuperar el cultivo bajo una perspectiva de sostenibilidad económica y ambiental, incorporando las nuevas técnicas de fruticultura pero sin olvidar la tradición y las variedades de almendra autóctona, que antiguamente eran reconocidas fuera de la isla por su calidad y constituían la principal riqueza de la isla además de la sal».