La detección de la bacteria Xylella fastidiosa extendida en Mallorca y Eivissa ha encendido todas las alarmas sobre una plaga que podría afectar de manera muy considerable la agricultura y el paisaje. Ahora bien, esta no es la primera alerta de plagas que sufre el Archipiélago, basta retroceder hasta el año 2000 cuando la epidemia conocida bajo el nombre de ‘llengua blava’ afectó directamente al sector ovino. Precisamente Balears fue el epicentro de la plaga de España, como sucede ahora con la Xylella.

Procedente de Argelia y Cerdeña, el virus de la llengua blava’ amenazó seriamente el sector ganadero cuando los expertos auguraban que se tendría que sacrificar entre el 80 y el 90 % de las ovejas de las Islas, calculadas entonces en más de 350.000. Se sacrificaron centenares pero, como recuerda el doctor Miguel Ángel Miranda, profesor de Zoología de la UIB, «pronto quedó claro que sacrificar los rebaños era una medida poco efectiva para una enfermedad transmitida por insectos».

A partir de ese momento, «empezamos a conocer mejor el virus, y las especies que lo transmiten, su ciclo biológico y junto al uso de vacunas se erradicó», explica.

Las plagas en el campo han sido una constante a lo largo de los siglos. La más conocida fue la filoxera que en 1891 entró en Mallorca y arrasó buena parte de la viña. Al igual que en el caso de la Xylella, entró en la Isla por diferentes puertos y para erradicarla se tuvieron que modificar los sistemas agrícolas que se habían utilizado hasta el momento.

El responsable de Sanitat Vegetal del Govern, Andreu Joan, explica que en el caso de esta pulga, «se utilizaron portahinjertos de viña americana». Miranda añade que esta modificación del sistema agrícola también podría suceder en el caso de la Xylella, «si afectara de forma muy importante a algún cultivo clave de Balears».

Necesaria convivencia

A día de hoy, combatir las plagas es una tarea constante para investigadores. Andreu Joan es contundente al reconocer que las plagas no desaparecen: «cuando entra una enfermedad hay que aprender a convivir con ella utilizando métodos para paliar sus efectos». Y es que en el mundo globalizado de hoy es casi imposible detener la expansión de una enfermedad de un país a otro.

Fue el caso de la tuta absoluta, una de las plagas agrícolas más importantes de los últimos tiempos. «En los primeros años arrasó el 100 % de las producciones de tomates en zonas como Manacor o Son Ferriol», recuerda Joan. La tuta o polilla del tomate entró en Mallorca y Eivissa en 2008 a través de plantel de Valencia y Andalucía. «Poco a poco conseguimos regular las poblaciones, se introdujeron depredadores del parásito como una chinche, además de productos fitosanitarios, y se consiguió controlar especialmente en los cultivos de invernadero», aclara Joan.

Otra de las plagas agrícolas importantes ha sido, y continúa siendo, el piojo rojo de California detectada en Balears en 2006. Este piojo ataca las hojas, los brotes y los frutos de la naranja. «Con buenas prácticas fitosanitarias se puede controlar, aunque necesita 2 o 3 tratamientos», recuerda Joan. El piojo afecta el árbol y la imagen del fruto por lo que imposibilita su venta y tiene importantes consecuencias económicas para los productores de naranja.

Otras plagas destacables son la mosca de la aceituna, el míldiu de la vid o la mosca blanca.

Palmeras

El mismo año de la entrada del piojo rojo de California, llegó el conocido picudo rojo de la palmera que todavía hoy causa estragos. Este escarabajo consigue matar el árbol y al estar en el ámbito de la jardinera es más difícil de combatir ya que en muchos casos deben ser los particulares los que apliquen las medidas fitosanitarias.

«Hay que aplicar el tratamiento cada 40-45 días, y tiene un coste entre los 30 y 50 euros». Joan añade que en la actualidad Balears está en alerta de que no entren otras plagas como la Epitrix o la mariposa guatemalteca, ambas afectan la patata. En el caso del Epitrix, Inglaterra ha prohibido la importación de patatas infectadas, en España existe la plaga pero se ha hecho una excepción para Balears.

El ámbito forestal tampoco está exento ya que la Xylella también afecta árboles propios de nuestros bosques. El jefe de Sanitat Forestal del Govern, Luís Núñez, explica que la plaga más importante actual es el banyarriquer del encinar, un escarabajo de color castaño oscuro que ataca a los árboles viejos y debilitados. La proliferación del insecto en Mallorca ha provocado que en la actualidad mate también a encinas jóvenes. «Hemos conseguido la desprotección europea del insecto y declararlo plaga», dice Núñez que recuerda que hay 25.000 hectáreas de encinares que pueden estar amenazadas por lo que se debe actuar porque «tenemos unos bosques muy envejecidos a disposición de las plagas». Su equipo trabaja para paliar su avance. La oruga peluda así como la procesionaria son otras dos de las principales afectaciones que nos acechan.