La voz de la Enciclopèdia d’Eivissa i Formentera, sobre dicha plaza, menciona que anteriormente dicho lugar era conocido como s’Amarradero, nombre derivado de la función inicial de la zona, atadero de reses, a la que se destinó en pleno crecimiento del arrabal de la Marina a finales del siglo XIX. No siendo hasta el año 1946 en que se procedió a la urbanización de la plaza como tal.

En pleno crecimiento de la ciudad y para dar servicio a las gentes que venían a Vila, tanto para vender sus productos como para realizar gestiones se pensó en aliviar la presión de carros y carruajes en el arrabal y por descontado en Dalt Vila, mejorando el servicio que existía construyendo un atadero de reses.

Por lo tanto el Ayuntamiento de la Ciudad, solicitó el día 5 de septiembre de 1897, a la superior instancia, que se pudiera construir un Atadero de reses en la zona polémica de la fortaleza denominada sa Tarongeta, con la siguiente instancia: «Señora.- D. José Verdera y Ramón. Alcalde de la Ciudad de Ibiza en su nombre y en el del Ayuntamiento que preside a V.E. reverentemente acude y expone: que es costumbre inmemorial en esta isla que todos los campesinos que acuden a esta Ciudad ya para vender en ella los productos de sus tierras, ya para adquirir las provisiones que les son necesarias, se valgan de sus caballerizas y carros y este Ayuntamiento, para evitar que el libre tránsito de las calles se obstruya, tiene designado un sitio en las inmediaciones de la población en el cual deben colocarse dichos carros y caballería y permanecer en él el tiempo que sus dueños no los utilicen en la carga y descarga de sus mercancías y estén en la ciudad …; pero hay que confesar que tanto los días de lluvia como de mucho sol se quejan los dueños de las caballerías de que estos hayan de permanecer a la intemperie y pagan de mala gana el arbitrio que se les exige, desea el Ayuntamiento de que se eviten estos inconvenientes ha acordado construir una gran cuadra o sitio a propósito, en el cual puedan permanecer a cubierto en todas las épocas los animales, …y como quiera que el local designado para levantar el edificio que se destina para atadero de caballerías y colocación de carros cuyos planos tiene el honor de acompañar está comprendido en la primera zona polémica de esta plaza».

El Coronel de Ingenieros informo favorablemente en fecha de 11 de diciembre al Capitán General de Baleares, sobre las obras solicitadas «… Por lo tanto, es mi parecer conforme en un todo con el del Ingeniero Comandante de esta Plaza que no hay dificultad alguna en que el Gobierno de S.M. (q.D.g.) acceda a los deseos de la corporación recurrente, siempre que las obras queden sujetas a las prescripciones vigentes y a las que en lo sucesivo puedan dictarse sobre edificación dentro de las zonas polémicas de las plazas de guerra».

Tras los trámites pertinentes del Capitán General, la instancia llegó a la Corte y su resolución favorable se publicó en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra de 11 de enero de 1898, número 6. Dicha noticia la publicaba el Diario de Ibiza el 24 de enero del mismo año, «Sabemos que, por el Ministerio de la Guerra ha sido aprobado ya el plano del atadero de caballerías, que debe construirse a la salida de la población». El mismo periódico informaba el 19 de julio del inicio de las obras «Con satisfacción inmensa hemos vista que esta mañana han empezado a abrirse las zanjas en las afueras de esta población, para los cimientos del atadero de caballerías…».

Dicha construcción y su gestión en el cobro del arbitrio motivó polémicas entre monárquicos y republicanos, como recoge La Unión en su número de 5 de agosto de 1900, «Nos referimos al establecido sobre atadero de caballerías y paradero de carros en la Alameda, eso de tener pobres animales que representan un capital para sus dueños, tenerlos decimos, al sol y a la lluvia, sin vigilancia alguna que garantice a estos, la seguridad…». Prueba de ello es la noticia que publicaba El Correo de Ibiza, el 7 de octubre del mismo año, «Del atadero de caballerías de la Alameda ha desaparecido una borrica dejada por su dueño con objeto de que pasará allí la última noche».

Ante la necesidad de mejorar las instalaciones existentes el Ayuntamiento, aprobó la licitación de un nuevo Atadero en el plenario de 26 de Abril de 1900. El Correo de Ibiza de 8 de diciembre del mismo año, escribía que el Gobernador de la Plaza había cursado la instancia del Ayuntamiento acompañada de los planos obra de D. Salvador Puget, al Ministerio de la Guerra para la construcción del nuevo Atadero de caballerías. La instancia fue aprobada por el Ministerio de la Guerra, con el apoyo del Comandante de Ingenieros D. Faustino Tur Palau, (Hijo Ilustre de Vila).

La noticia de la publicación en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra en fecha 11 de febrero, autorizando la construcción del Atadero la publicaba El Correo de Ibiza, el día 16 de febrero de 1901, «… siempre y cuando las obras se verifiquen en el plazo de un año, terminado el cual se considera caducada la concesión suponemos que no se dejará transcurrir mucho tiempo para poner manos a la obra».

El 24 de abril de 1901, se adjudicó, la obra, al contratista Pedro Riera Escandell, el cual debía pagar la cantidad de 1.500 pesetas anuales, durante 10 años. El día 8 de mayo ya se procedía a explanar el terreno del nuevo Atadero, mientras que el 10 de diciembre La Unión decía, «… prosiguen con actividad las obras del atadero de caballerías subastadas por el Ayuntamiento actual, a favor de D. Pedro Riera…».

Las obras iban con retraso, por lo que el Ayuntamiento tuvo que solicitar el 20 de enero de 1902, una prórroga para no perder la concesión marcada en la R.O. de 11 de febrero de 1901. Uno de los inconvenientes habían sido los temporales que habían retrasado la llegada de materiales provenientes de Formentera, «… habiendo sido insuficiente el expresado plazo por la importancia de la obra y por estar está construida de piedra arenisca que se ha de transportar de la vecina Isla de Formentera, los temporales que han reinado este invierno por una parte y por otra las formalidades que las vigentes disposiciones exigen para legalizar los contratos de subastas públicas han impedido que pueda terminarse el referido edificio en el término concedido; y como quiera que la paralización de la obra arrojaría graves perjuicios a este municipio en particular y en general al servicio público, la Corporación Municipal de esta Ciudad, con fecha 21 de Diciembre último acordó acudir nuevamente a V.M. en suplica de que le sea concedida una prórroga de seis meses para poder realizar la repetida construcción con arreglo a las demás condiciones exigidas…».

El 14 de marzo, se autorizó la prórroga de las obras, publicándose el final de las mismas en el Correo de Ibiza el 4 de septiembre de 1902 «Por fin se halla ya listo y ha comenzado a prestar sus servicios el Atadero de Caballerías…».

En 1913, el crecimiento de la población, la acumulación de estiércol, y la proximidad del Paseo Vara de Rey, llevan a la Corporación Municipal a buscar soluciones, poniendo la vista en la construcción de un nuevo Atadero en la zona d’es Pratet. Será en la sesión plenaria de día 6 de mayo de 1914, en la que se aprobó la construcción del nuevo edificio.