El alcalde de Sant Josep de sa Talaia, Josep Marí Ribas, se conduce políticamente como si tuviera mayoría absoluta, cuando es obvio que no la tiene y que, por tanto, no puede hacer lo que le da la real gana como si el municipio fuera su cortijo particular, que es lo que muy a menudo parece. Ante los planes oficiosos de una determinada empresa de construir un beach club en Cala de Bou con capacidad para 8.000 plazas y 254 suites, al estilo ‘Ushuaïa’, Agustinet se saca de la manga una moratoria exprés con el único objetivo de impedir la iniciativa durante un año, tiempo durante el cual se modificará la normativa urbanística. Parece descartada la posibilidad de subastar al mejor postor las licencias de beach clubs y hoteles musicales, lo cual es una pena porque nos priva de ver convertido el salón de plenos en un zoco, que es algo que al alcalde le parece óptimo. Estamos ante un alcalde capaz de votar en contra de una iniciativa que suponga «llamar la atención públicamente al Govern», independientemente de si es positiva o negativa para los vecinos del pueblo, interés supremo que es el que debería moverle, aunque ya vemos que no es así. Su postura de votar en contra de la moción de Guanyem de prohibir -con una moratoria, cómo no- más alojamientos turísticos en suelo rústico es una forma cualquiera de mendigar un asiento de conseller en el Consell de Govern de Francina Armengol, pero la cuota ibicenca ya está completa con Pilar Costa y no se prevén cambios en la alineación titular. Fran Ramírez, de Guanyem, comienza a perder la paciencia al comprobar que el alcalde que ellos ayudaron a aupar hasta la silla de primer edil, hace lo que le viene en gana y no consensua nada con ellos, haciendo del postureo y de la docilidad con el Consell y el Govern el rasgo más destacado de su gestión municipal..

● Una isla sin policía y guardias civiles.

Al paso que vamos así nos quedaremos pronto, sin policías, guardias civiles, médicos, enfermeras, profesores o en general todo trabajador público que, pese a la estabilidad de su puesto de trabajo, sufren en primera línea la problemática de la vivienda de alquiler. Los sindicatos de funcionarios, de policías nacionales y asociaciones profesionales de la Guardia Civil hace tiempo que alertan de la gravedad de la situación y vuelven a traer su vieja demanda de equiparar la indemnización de residencia con la que perciben sus compañeros destinados en las islas menores de Canarias. Ha llegado el momento de que los partidos políticos se tomen en serio esta cuestión, porque los agentes se largan a la menor oportunidad, lo que genera una falta de estabilidad en las plantillas que necesariamente ha de afectar a su operatividad y eficacia. El senador por las Pitiusas, Santi Marí, tiene una oportunidad de oro para lucirse, como años atrás hicieron otros senadores mallorquines como Ramón Socías o Manolo Cámara, peleando por mejorar el sueldo de los trabajadores públicos. Y no estaría mal que el Parlament tomase nota y tratara de presionar, en lugar de dedicarse a debatir inútilmente iniciativas sobre Catalunya, que a los ciudadanos del archipiélago les traen al fresco..

● Albergue de Vila.

La asamblea general de la neonata Asociación de Vecinos y comerciantes de s’Eixample Nou de Vila supuso una auténtica demostración de fuerza. La entidad ha nacido básicamente para luchar contra los planes del consistorio vilero de ubicar el nuevo albergue de media y alta exigencia de Vila en las instalaciones del viejo retén de la Policía Local, en la calle Vicent Serra Orvay. El centenar de asistentes a la reunión demuestra la elevada movilización de los vecinos, que hace suponer una fuerte capacidad de convocatoria y presión. En este asunto, el equipo de gobierno municipal que preside Rafa Ruiz tiene un severo problema que por más que ellos crean, no va a desaparecer por sí solo, sino todo lo contrario. Como más inmovilista se muestre el Ayuntamiento, más enardecerá a los vecinos, dispuestos ya a colocar sábanas en los balcones y carteles en los establecimientos comerciales con el lema "Sí, pero en Es Gorg", en clara alusión a su voluntad de que el albergue no sea instalado en Sa Colomina. Ya puede el regidor de Servicios Sociales Joan Ribas calentarse la mollera buscando una alternativa o la forma de convencer a los vecinos, porque de lo contrario pronostico que este problema puede salirle muy caro al equipo de gobierno de PSOE y Guanyem..

● Lodos para todos.

A falta de planta de tratamiento y triaje en Ca Na Putxa, los lodos que generan las depuradoras de la isla han de ser enviados fuera, excepto si están en el municipio de Santa Eulària, en cuyo caso se dejan allí para apestar a todos los vecinos como ocurrió en el verano de 2015. Para solventar la desagradable situación, el consistorio del alcalde Vicent Marí se hace cargo de su retirada y de mezclarlos con restos de poda, pero el coste, que debiera asumir el Govern o el Consell, de facto corre a cargo de los vecinos de Santa Eulària. Y luego se preguntarán por qué gana por mayoría absoluta las elecciones el PP… Que pasen un feliz domingo.