Imagen de archivo de la depuradora de Santa Eulària.

El Govern salió ayer al paso de la confusión que reina en torno a quién debe pagar la gestión de los lodos de la depuradora de Santa Eulària, que desde 2015 está pagando el Ayuntamiento. El Consistorio reclama 177.000 euros por la gestión de estos fangos durante los años 2015 y 2016, por lo que hicieron un requerimiento al Consell d’Eivissa para que realizara el pago. Desde el Consell d’Eivissa les contestaron que tiene que ser el Govern quien pague el tratamiento de los lodos. Desde el Govern explicaron ayer que Abaqua no se niega a pagar, pero la realidad es que no sabe cómo hacerlo porque aún están a la espera, casi un año después, de que el Consell d’Eivissa les diga cómo efectuar el pago. En este sentido, Abaqua tiene que pagar la gestión de los lodos porque es quien tiene la competencia, pero cómo se tratan estos fangos es decisión del Consell d’Eivissa, que es el gestor de residuos, a través del plan director de residuos. En otras palabras, Abaqua hace lo que diga el Consell, que aún no les ha contestado, según confirmó una portavoz de la Conselleria de Medi Ambient.

El año pasado, según recordó esta misma portavoz, pidieron a la máxima institución insular que o bien tramitara un convenio para poder pagar a Santa Eulària desde Abaqua o bien dejara a Abaqua tramitar un convenio directamente con los ayuntamientos para que así cada consistorio escogiera el tratamiento que le quiere dar a estos fangos y abonarles la cantidad por ello o bien vehicular un convenio con el Consell d’Eivissa y que sea la máxima institución insular quien pague a los ayuntamientos previa transferencia de Abaqua. «Después de varias conversaciones e incluso cartas, el Consell no ha dado respuesta. Y eso que el propio presidente se comprometió con el conseller Vicenç Vidal a vehicular un convenio con Santa Eulària en junio del año pasado», explicaron desde Medi Ambient. En este sentido, no es una cuestión económica, recalcaron desde Medi Ambient, «sino de competencias». «La voluntad de Abaqua siempre ha sido pagar a Santa Eulària», precisaron.

Por su parte, el conseller de Medi Ambient de Ibiza, Miquel Vericad, lamentó no poder resolver la «encrucijada» del Ayuntamiento de Santa Eulària «por su complejidad jurídica». En este sentido, Vericad apuntó que Recursos Hídrics del Govern asegura que la técnica empleada por Santa Eulària «no se ajusta al procedimiento técnico de residuos y agricultura». «El Govern entiende que esos residuos no son accidentales sino que el elemento fundamental es el compostaje. Por ello tiene que ser un gestor de residuos el que lo haga y sería muy raro que el Govern financie una actividad de la que tiene dudas de quien lo faculta aporte todas las garantías legales. La interpretación es que el compostaje no es intencional sino un almacenamiento temporal y ese confinamiento para minimizar las molestias se produce de forma accidental», explicó.Vericad mantuvo el pasado jueves una reunión con la directora general de Recursos Hídrics, Joana Garau, en la que acordaron «seguir explorando la vía del convenio para, a través de Abaqua, pagar el tratamiento de los lodos al Ayuntamiento de Santa Eulària. Ésta es la voluntad, el problema es que hay unos problemas jurídicos que están pendientes de resolver. Es una cuestión técnica, no política», concluyó.

LA NOTA

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La Conselleria de Medi Ambient explicó que no están a favor del traslado de lodos a la Península por su alto coste y ponen de ejemplo la gestión que está realizando Santa Eulària ya que se trata de un método más barato «y que encima aprovecha los beneficios de los fangos para el campo ya que no llevan nitratos y desecados o compostados en verano son muy buen abono».

Por su parte, Miquel Vericad explicó que «es lógico que la Villa del Río reclame el pago de esta gestión y me sabe muy mal no poder resolverlo».

«Entiendo que el Ayuntamiento de Santa Eulària intente resolver el tema con una técnica mediante compostaje, pero me parece que han quedado flecos jurídicos. No podemos avalar un procedimiento que los técnicos de residuos y agricultura no terminan de ver claro».