Ses Feixes des Prat de Vila, antes de la adecuación del aparcamiento privado en es Pratet, que se llevó a cabo en 2010. | Redacción Local

Ses Feixes des Prat de Vila forman junto con las del Prat de ses Monges, en Talamanca, la antigua zona húmeda y agrícola que abastecía de alimentos a los habitantes de la ciudad de Ibiza que los árabes desarrollaron gracias a su gran tradición en ingeniería hidráulica durante su presencia en la isla, que se remonta hasta principios del siglo XIII.

Sin embargo, la gran expansión de estos bancales con riego subterráneo no se desarrolló hasta finales del siglo XVIII, según indica la Enciclopèdia d’Eivissa i Formentera. De hecho, George M. Foster, un antropólogo estadounidense que estudió ses Feixes en 1950, aseguró que son únicas y no se parecen a ningún otro sistema de cultivo en áreas húmedas lacustres o de marisma ya que se utilizaba un inteligente sistema de cultivo que aprovechaba unos suelos potencialmente fértiles y la abundancia de agua dulce casi a ras de tierra en un sistema de riego por capilaridad, gracias a la red de acequias que recogía las aguas dulces subterráneas que manaban en algunos puntos y las de canalización de los torrentes que desembocan en la bahía de Ibiza, al tiempo que drenaban el terreno dirigiendo el excedente de agua al mar.

De esta manera, los canales, de entre un metro y medio y tres metros de ancho, delimitan pequeñas parcelas (feixes) de forma rectangular y tamaño variable. Estos canales se comunicaban cada pocos metros, por unos canales subterráneos (fibles), a unos 40 o 50 centímetros de profundidad, por las que circulaba el agua. La parte superior de las fibles era de un material poroso que dejaba pasar el agua, normalmente ramas de pino. Así, con el uso de compuertas se podía regular el nivel de agua a los canales y, por capilaridad, también a la feixa.

En tiempos de Foster, a mediados del siglo pasado el Prat de Vila tenía una superficie de 30 hectáreas (306.000 m2) repartidas entre 84 feixes, mientras que la red de acequias tenía 17.240 metros lineales. Sin embargo, la expansión y la presión urbanística de la ciudad de Vila a partir de la década de los años sesenta del siglo XX y el abandono progresivo de los cultivos provocó la actual situación de degradación y abandono de la zona y la reducción a menos del 30% de su superficie. Y es que no fue hasta 2009 cuando el Ayuntamiento de Eivissa cambió la tipología de ses Feixes des Prat de Vila de suelo urbanizable a rústico protegido, con lo que las aspiraciones urbanizadoras de sus propietarios se iban al traste. No obstante, la única intervención que se ha realizado en la zona hasta el momento fue la colocación de pivotes de madera en la avenida de Santa Eulària para que los vehículos no pudieran aparcar en zona protegida.

Ses Feixes y ses Salines son los dos únicos humedales de la isla de Ibiza, siendo el primero el que peor estado de conservación presenta.

LA NOTA

Los valores patrimoniales y ambientales de ses Feixes

Antes del aumento de la presión urbanística en la ciudad de Ibiza y de la apertura de calles y carreteras, las áreas de cultivo de ses Feixes des Prat de Vila y las de el Prat de ses Monges estaban unidas por una franja de humedal intermedia denominado es Prat, ahora desaparecido. Los cultivos del Prat de Vila tenían una extensión de 306.000 m2 divididos en 84 feixes con una red de canales y acequias que sumaba 17.240 metros lineales,
mientras que el Prat de ses Monges, con tan solo 61 parcelas, ocupaba 307.000 m2 y 14.500 metros de red hidrogáfica. Entre los bienes patrimoniales de la zona destacan los portals de feixa además de las propias acequias y bancales ideados por los árabes, mientras que también se ha detectado la presencia de animales
vertebrados como el dragó (Tarentola mauritanica) y hasta siete especies distintas de murciélago.