La segunda edición del Consell a la Plaça, celebrado ayer en el Passeig de ses Fonts de Sant Antoni, giró en torno al problema de los alquileres y la falta de vivienda en Ibiza. Entre 20 y 40 personas asistieron a la iniciativa impulsada por el departamento de Participación Ciudadana del Consell d’Eivissa, que ha invertido 2.500 euros en la organización de este evento.

El encuentro se prolongó durante dos horas, a lo largo de las cuales se formularon una veintena de cuestiones que abordaron los consellers del equipo de gobierno, mermado en esta ocasión por las ausencias del presidente, Vicent Torres, afectado por la huelga del personal de tierra del aeropuerto de Berlín; la titular de Benestar Social, Lydia Jurado, de baja prolongada por una intervención quirúrgica; y del conseller de Cultura i Patrimoni, David Ribas, también ausente por enfermedad.

El grueso de las intervenciones se centraron en la problemática de los alquileres turísticos, aunque también se plantearon otras cuestiones como el transporte público, el modelo turístico y la imagen de la isla en el exterior, los retrasos en la apertura del Cetis, los taxis pirata –Pepa Marí avanzó que quiere adelantar a mayo el aumento de taxis–, la saturación de vehículos o la falta de efectivos de seguridad.

La vicepresidenta primera y consellera de Vivienda, Viviana de Sans, explicó que el pleno del Consell se ha pronunciado en dos ocasiones solicitando una declaración de «isla libre de pisos turísticos» y que se trabaja para conseguir un decreto autonómico de «emergencia habitacional» que permita al Consell y a los ayuntamientos adoptar medidas «frente al estado de excepción que vive la isla». De Sans recordó que varias comunidades autónomas, entre ellas Balears, han llevado al Parlamento una propuesta de modificación de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) «para que todos los alquileres de menos de 30 días sean considerados turísticos». La LAU, apuntó la líder de Podemos, «es un agujero por el que viviendas residenciales pasan al mercado turístico».

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Los consellers trataron de hacer pedagogía explicando a los asistentes que en determinadas materias (vivienda, seguridad, financiación) carecen de competencias, y atribuyeron algunos de los problemas que afectan a la isla en temporada alta con el modelo turístico de «fiesta y excesos» que según De Sans se ha venido promocionando en pasadas legislaturas. El conseller de Medi Ambient, Miquel Vericad, aseguró que «este modelo de turismo asociado a la noche durante un tiempo enriqueció a unos pocos, pero ha dejado muchos efectos secundarios». Los consellers afirmaron que actualmente en las ferias de turismo internacionales «ya no se exporta esa imagen asociada a la fiesta», sino «aspectos como la gastronomía local, la artesanía y el turismo fuera de temporada».

LA NOTA

Un recargo a la entrada de coches

Otro de los asuntos más comentados fue el transporte público y la saturación de vehículos. La consellera Pepa Marí explicó que actualmente se estudia la implantación de un «recargo» a la entrada de vehículos que no paguen en la isla el impuesto de circulación, y aseguró que se barajan otras medidas como la conectividad por mar entre distintos puntos de la isla, sobre todo cuando comiencen las obras de desdoblamiento de la carretera de Santa Eulària, que se prolongarán durante 18 meses. También explicó que el modelo de restricción del tráfico impulsado en Cala Salada se pretende trasladar a otras playas como Benirrás, Cala Compte o ses Salines.