Una placa de cerámica en la calle que lleva su nombre donde está el colegio de Sant Rafel recuerda la figura de Toni des Pou, un estimado maestro del pueblo que ejerció en la escuela rural unitaria de Can Rafel desde los años 50 hasta casi los últimos días de su vida.

Antoni Cardona Sala, popularmente conocido como Toni des Pou por la casa de la que procedía, nació en Sant Rafel en el año 1913. Huérfano de padre y madre a los 7 años, fue acogido por sus tío maternos que le administraron los bienes y se preocuparon de que estudiara.

Casado con Antònia Torres con quien tuvo 7 hijos, estudió magisterio en Castellón de la Plana donde obtuvo el título de maestro nacional durante la República. Su hijo Joan Cardona, también conocido como Joan des Pou, explica que, más que por haber hecho «grandes cosas», su padre destacó por «ser un buen hombre entregado a su trabajo y a las personas de su entorno».

Joan recuerda su casa como una especie de gestoría gratuita en la que su padre ayudaba a los payeses de los alrededores a hacer todo su papeleo: desde carnets de familia numerosa a documentos para la obtención de ayudas para la compra del petróleo agrícola.

A sus alumnos, que iban a la escuela andando desde sus casas situadas a cierta distancia, nunca los dejaba sin clases y, si alguna vez se ponía enfermo, dejaba la escuela a cargo de su mujer que a veces preparaba una olla de chocolate para todos. A algunos también les daba clases de repaso cuando tenían que preparar algún examen especial a la luz de un petromax, dado que en esa época no llegaba todavía la electricidad.

Pero la historia más entrañable que recuerda su hijo es cuando sus padres ayudaron a criar a dos gemelas cuyas vidas estaban en peligro al no poder ser amamantadas por su madre. Mientras Toni se hacía cargo de la escuela de las niñas, la maestra Neli Busquets llevaba en una Vespa a su mujer Antònia, quien se encargó de dar de mamar a una de las criaturas y logró así salvarle la vida.

Tras una vida en la que se dedicó a atender a las personas que más lo necesitaban, Toni des Pou murió en 1978 justo en el mes en que se iba a jubilar como maestro. Tras su muerte, el Ayuntamiento de Sant Antoni decidió ponerle una calle con su nombre en Sant Rafel respondiendo así a la petición que hicieron un numeroso grupo de exalumnos.

Calle del Mestre Toni des Pou

Sociedad analfabeta por las labores del campo

Hasta mediados del siglo XX, Sant Rafel se basaba en una economía agraria de subsistencia en las que las casas familiares se encontraban aisladas en el campo. Por ese motivo, prácticamente toda la población de las Pitiusas era analfabeta.

Los sucesivos proyectos educativos planteados por el Estado no cuajaron entre la población rural a causa de una economía agraria autosuficiente que obligaba a toda la familia, incluidos los más jóvenes, a trabajar en el campo.

La única educación que recibían hasta entonces los niños de Sant Rafel procedían del molinero Joan Roselló, que enseñaba en su molino las primeras letras. A partir de entonces, se empezaron a instalar escuelas rurales en casas particulares alquiladas por el Ayuntamiento donde daban clases maestros pagados por el Estado.

En los años 20 se abrió la primera escuela nacional para niños, con José Paño como maestro del pueblo. En 1927, Antònia Mateu se convirtió en la primera maestra de la escuela de las niñas situada al lado de la de niños.