Imagen de la comisión de ayer en la que representantes del Consell y de Vila aprobaron el proyecto de obras.

Tras los frustrados anuncios de la ansiada apertura del Cetis a lo largo del último año, Consell d’Eivissa y Ayuntamiento de Vila se mostraron ayer «optimistas» y apostaron «con todas las cautelas del mundo» por la puesta en funcionamiento este verano de la estación de autobuses.
La comisión de seguimiento para la reapertura del Cetis, compuesta por representantes de ambas instituciones, se reunió ayer para, una vez logrado el visto bueno de los técnicos la pasada semana, aprobar el proyecto definitivo de las obras de mejora y adecuación de las instalaciones. Obras que consistirían en la construcción de una sala de espera para los pasajero y unos cambios de circulación en su interior y que son necesarias para que la estación, cerrada desde 2013, vuelva a abrir sus puertas.

Una vez obtenida la luz verde a las obras, el Ayuntamiento deberá conceder la licencia pertinente para iniciarlas. Según señaló el primer teniente de Vila, Alfonso Molina, esta tramitación se realizará «lo más rápidamente posible» y de la manera «más efectiva para causar los menos problemas». Una vez obtenida la licencia, la duración de las obras, cuyo coste superará el medio millón de euros, dependerá de la rapidez con la que la concesionaria las lleve a cabo aunque, en principio, no serían más de tres o cuatro meses de manera que, una vez que se realice la reforma y se tengan las certificaciones, se puedan trasladar a la estación las líneas de autobuses que ahora paran en la avenida Isidor Macabich.

Luz verde al reglamento

Durante la reunión de ayer también se aprobó el nuevo reglamento que regirá el funcionamiento de la estación. En este sentido, la consellera insular de Territori y Mobilitat, Pepa Marí, explicó que el reglamento, cuya versión original fue impugnada, está ya listo para su aprobación definitiva dado que se han incorporado algunas de las alegaciones presentadas y en su redacción han participado tanto los operadores como Sagalés, la empresa concesionaria de la estación.

La consellera explicó que el reglamento no se ha cambiado «de manera sustancial», sino que se han producido «pequeños ajustes» por parte de los operadores. «Queríamos un reglamento con el que se sintieran cómodos, por eso hemos recibido pocas alegaciones», añadió.
El primer teniente de alcalde de Vila por su parte destacó sobre esta cuestión la importancia de que este reglamento haya sido consensuado entre el Ayuntamiento y el Consell, una situación que, según dijo, contrasta con la legislatura anterior durante la cual «no siempre las dos administraciones iban de la mano sino que en muchas ocasiones fueron en direcciones contrapuestas».
Respecto a la demora de casi un año en la aprobación de este proyecto de obras, Molina explicó que, a lo largo de estos meses, la concesionaria y las instituciones han tenido que pactar el documento en diferentes reuniones para satisfacer a ambas partes. «No es una obra barata ni sencilla», indicó Molina, quien explicó que el proyecto final ha logrado la «convergencia» de intereses al mantener la operatividad de la estación al máximo y atender al mismo tiempo las indicaciones del Consell y del Ayuntamiento. «El proyecto aprobado es la intersección de las dos esferas», afirmó.

Según las previsiones de Molina, tanto el reglamento como las tarifas de la futura estación deberán ser aprobadas por el pleno de Vila el próximo mes de abril.
Pepa Marí también insistió en que, desde el Consell, se hará todo lo posible para los trámites administrativos «no provoquen más retrasos» y aseguró que su departamento está trabajando «al 200 por ciento» para conseguir la integración tarifaria y para aumentar los servicios de transporte público a diferentes playas de la isla.